Jair García.

Xalapa.- Y las sonrisas y prepotencia con las que llegaron, al salir desaparecieron.

Así podría definirse las audiencias en las cuales vincularon a proceso por los delitos de tráfico de influencias y abuso de autoridad contra Arturo Bermúdez Zúrita, como la audiencia donde fue notificado del delito de enriquecimiento ilícito por 50 millones de pesos.

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El ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, fue vinculado a proceso por los delitos de Tráfico de Influencias y Abuso de Autoridad, cometidos en agravio del Servicio Público, determinó la juez Estrella Alhelí Iglesias Gutiérrez.

Fue en su segunda audiencia en la Sala 2 de Juicios Orales, que se presentaron Arturo Bermúdez, Alejandro Contreras Uscanga y Roberto Esquivel Hernández, con sus respectivos abogados, para aportar pruebas en su defensa ante la denuncia que interpuso en su contra Miguel Ángel Yunes Linares, el pasado 20 de julio.

Al ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública y el ex director general de la Unidad Administrativa de la Secretaría de Seguridad Pública, Alejandro Contreras, la Juez les otorgó un plazo de tres días para impugnar la resolución que dictó.

Roberto Esquivel, por ayudar a la realización del hecho considerado como delito, en calidad de participe se le vincula a proceso por el delito de Tráfico de Influencias.

La Fiscalía General del Estado, representada en los fiscales Oswaldo Vargas Ruiz, Humberto Vázquez Molina y Fernando Pensado Ortega solicitaron que la carpeta de investigación quede abierta por seis meses.

Más tarde, Gabriel Deantes no pudo hacer nada para impedir que le fincaran medidas cautelares como el pago de una fianza de 5 millones de pesos e impedir que salga del país.

Ni siquiera su grupo de abogados provenientes de la Ciudad de México pudo evitar tales medidas, por lo cual, ahora tendrá que acudir el próximo 22 de noviembre a las 14 horas para la siguiente audiencia en la cual el juez determinará si decide vincularlo a proceso.

A diferencia de Arturo Bermúdez, Gabriel Deantes no quiso hacer ninguna declaración y fue rodeado de amigos y ex colaboradores para evitar lo más posible ser fotografiado salir del juzgado con fondo el penal de Pacho Viejo.

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