Londres.- El planeta enfrenta una emergencia climática, clara e inequívoca, pero los gobiernos no están abordando la crisis, por lo que sin acciones concretas los impactos de ésta serán más severos de lo experimentado hasta hora, alerta una investigación.

Alrededor de 11 mil científicos de 153 países respaldan una investigación publicada este martes en la revista británica BioScience, que advierte que “sin cambio profundos y duraderos, el mundo enfrentará un sufrimiento humano incalculable”.

Medir la temperatura global no es suficiente para capturar los peligros reales de un mundo que se sobrecalienta, afirma el nuevo estudio, elaborado sobre una base de datos de los últimos 40 años relacionada con el cambio climático, específicamente aspectos como el crecimiento de las poblaciones humanas, la pérdida global de la cubierta arbórea y el consumo de combustibles fósiles.

Los investigadores encontraron algún progreso en ciertas áreas, como un crecimiento significativo en el uso de la energía renovable (eólica y solar), que aumentó 373 por ciento por década, pero que aún en el año 2018 era hasta 28 veces inferior al uso de combustibles fósiles.

Sin embargo, la mayoría de los indicadores van en la dirección correcta y se suman a una emergencia climática que, si no se atiende reduciendo las emisiones de carbono, la producción ganadera, la erosión del suelo y el uso de combustibles fósiles, tendrá “impactos probablemente más severos de lo que hemos experimentado”, afirman.

Diversos estudios han advertido sobre los efectos del calentamiento global, como el informe que este martes dio cuenta de que octubre pasado fue el mes más cálido registrado en la historia. Sin embargo, esta investigación pretende dar un panorama claro sobre la magnitud de la crisis.

La situación será muy grave dependiendo de las acciones que se tomen para frenar el cambio climático, sostiene el doctor Thomas Newsome, de la Universidad de Sydney, autor principal del estudio. “Si bien las cosas pueden ser malas, no son desesperadas”, indica.

Así, los investigadores sugieren medidas como la imposición de tarifas al carbono para desalentar el uso de combustibles fósiles, la eliminación de los subsidios a empresas, y el reemplazo de petróleo y gas. Asimismo, limitar contaminantes como metano, hidrofluorocarbonos y hollín.

Detener el desmonte, restaurar bosques, pastizales y manglares que ayudarían a secuestrar CO2; cambiar la dieta humana con más vegetales y menos productos animales, así como reducir y/o evitar el desperdicio de alimentos; pero también estabilizar el crecimiento demográfico.

Finalmente, los investigadores reconocieron que la mayoría de los planes climáticos son totalmente inadecuados, por lo que “declaramos clara e inequívocamente que el planeta Tierra se enfrenta a una emergencia climática”.

“Para asegurar un futuro sostenible, debemos cambiar la forma en que vivimos. Esto implica grandes transformaciones en las formas en que nuestra sociedad global funciona e interactúa con los ecosistemas naturales”, dijeron, al tiempo que llamaron a “no perder el tiempo”.

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