México.- Los cigarros electrónicos pueden generar consumidores de segunda y tercera mano, además de ocasionar daños en el sistema respiratorio y cardiovascular, aseguró el especialista Inti Barrientos Gutiérrez.

El también investigador del Instituto Nacional de Salud Pública aseguró que el uso de cigarros electrónicos incrementa las concentraciones de nicotina en espacios cerrados, dando origen a fumadores de segunda y tercera mano.

Los de segunda mano -explicó- son aquellos que inhalan las partículas de manera pasiva, mientras que los de tercera mano tienen contacto directo con alguna superficie que contenga las partículas nocivas.

“Hay una evidencia limitada de que este tipo de productos lo que hace es generar un consumo de tercera mano. Las partículas que caen se quedan en la superficie, cuando alguien llega y la ocupa, las está consumiendo sin saberlo”, mencionó.

Barrientos Gutiérrez agregó que se han encontrado más de 80 compuestos, tanto tóxicos como cancerígenos, en estos productos, además de 39 sustancias desconocidas, lo que contradice que sean 95 por ciento menos dañinos que el cigarro convencional.

“Es imposible saber esto, hay demasiadas variables al respecto. Sabemos que tiene un potencial tóxico y cancerígeno muy importante, pero no sabemos que tanto”, dijo durante el simposio “Vapear o Salud”, realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El experto detalló que los cigarros electrónicos están basados en seis elementos: batería, resistencia, mechas, base, sustancia activa y saborizantes, los cuales interacciones, cada que el aparato se prende, lo que hacen imposible saber qué tan tóxico es lo que se aspira.

Barrientos Gutiérrez añadió que existe evidencia científica de que estos productos generan dependencia y mutaciones cancerígenas a largo plazo, así como daños en el sistema respiratorio y cardiovascular. Sin embargo, “no sabemos que tantos daños genere este tipo de dispositivos hasta que pasen años”.

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