Las autoridades británicas confiscaron los pasaportes de mil 250 “hooligans” para impedir que viajen al Mundial de Rusia 2018 a causar destrozos.

Los fans no podrán tener su pasaporte hasta el 15 de julio, una vez que concluya la Copa del Mundo, en un intento por prevenir la violencia que se ha generado en el pasado antes y después de los partidos de futbol internacional.

El Ministerio del Interior (Home Office) aplicó las medidas en un intento por evitar que la imagen de Inglaterra se deteriore en el torneo internacional debido a los desmanes de los “hooligans”.

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“La Copa del Mundo es un festival de futbol y no hay lugar para la violencia, ni el desorden”, afirmó el subsecretario del Home Office, Nick Hurd.

El funcionario británico señaló que la prohibición para viajar en el sistema de futbol de Reino Unido es “único” y significa que “la gente que intente causar problemas en Rusia se quedará en casa”.

La policía Scotland Yard tomará las acciones necesarias para asegurarse que estos “rufianes no les arruinen el torneo a los verdaderos fans”, señaló Hurd.

Los pasaportes fueron confiscados después de que el Home Office envío mil 312 cartas a personas de Inglaterra y Gales previamente fichadas por causar disturbios o en una lista negra de las autoridades.

La mayoría de ellos (mil 254) entregó su pasaporte de manera voluntaria o la policía se los confiscó, pero aún faltan 58 personas más que no entregaron su documento de viaje.

En redes sociales, algunos hinchas del futbol de Inglaterra prometen revancha por el ataque a un grupo de ingleses que fueron atacados y heridos de gravedad por “hooligans” rusos durante la EuroCopa de Futbol en la ciudad francesa de Marsella en 2016. Al menos 100 ingleses participaron en los disturbios y peleas en aquella ocasión.

Además, el pasado marzo en Ámsterdam 25 “hooligans” ingleses fueron detenidos por ocasionar desmanes en la zona roja de la ciudad durante el partido amistoso entre Holanda e Inglaterra.

El “hooliganismo” se originó en Inglaterra y el término lo acuñó la policía en 1894 para referirse a riñas entre pandillas rivales, una de ellas conocida como “Los chicos Hooligans” (The Hooligan Boys).

La conducta antisocial que manchó la imagen de Inglaterra en torneos de futbol durante décadas se ha expandido a otros países de Europa, en particular Rusia, donde las agresiones de fans del futbol están muchas veces asociados a la ultraderecha y al neonazismo.

Durante décadas los “hooligans” ingleses hacían destrozos en estadios y daban palizas a sus contrincantes en escenas que daban la vuelta al mundo.

El Acta de Espectadores de Futbol de 1989, bajo la primera ministra Margaret Thatcher, fue el principio del fin del “hooliganismo” en los estadios de futbol nacionales.

Esta ley ha tenido modificaciones en 1999, 2000 y 2006, en las que se han introducido medidas más severas para prohibir la entrada a los estadios de futbol o confiscar los pasaportes a personas fichadas por la policía.

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