Iñaki Urdangarin, el marido de la infanta Cristina y cuñado del Rey de España, tiene cinco días de margen para entrar en la cárcel a cumplir la pena de 5 años y 10 meses que le ha impuesto el Tribunal Supremo como autor de varios delitos de corrupción por el caso Nóos. El tribunal de la Audiencia de Palma le ha citado este miércoles, 13 de junio, para entregarle personalmente la orden de ingreso en prisión, al igual que a los otros dos condenados a penas de prisión: su exsocio Diego Torres y el expresidente de Baleares Jaume Matas. Urdangarín, que ha aterrizado en Palma procedente de Ginebra (Suiza), ha llegado a la Audiencia a las 12:15 horas acompañado de su abogado, Mario Pascual Vives.
Muy serio, cabizbajo y más delgado, el marido de la infanta Cristina ha sido recibido entre abucheos por la multitud que se ha congregado a las puertas de la Audiencia, donde no ha permanecido más de diez minutos. Al salir, con un papel en la mano, se ha subido al mismo coche gris de la marca Nissan en el que ha llegado con el letrado y se ha marchado.
Urdangarín ha tenido que enfrentarse al que parece el último trámite de su periplo judicial en el día en el que precisamente doña Cristina cumple 53 años. La expectación frente a las puertas de la Audiencia era máxima y más de 150 periodistas llevaban esperando desde primera hora a las puertas de Can Berga, el edificio señorial mallorquín que es a día de hoy sede de la Audiencia Provincial y del Tribunal Superior de Justicia de Baleares. Antes de las 08:00 horas, los equipos de televisión y fotógrafos de decenas de medios de comunicación se habían desplegado en las inmediaciones, aunque detrás de la vallas colocadas por los agentes de la Policía Nacional.
Como en anteriores ocasiones, la Policía ha montado un dispositivo especial para ordenar, con barreras incluidas, la colocación de los periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión y, al mismo tiempo, permitir el paso de los ciudadanos y turistas que paseaban por esta céntrica zona de la capital balear en pleno mes de junio.
