El embajador de Japón en México, Noriteru Fukushima, salió a las calles de la Ciudad de México para obsequiar tortas de tamal o guajolotas porque en la Rosca de Reyes le salió el muñeco del niño Dios.

El pasado 9 de enero el diplomático compartió en Twitter: “me tocó este muñequito cuando estuve cortando la Rosca de Reyes. Estuve comiendo desde el viernes. Al final apareció”, y entre los comentarios varias personas le comentaron que ahora “debía los tamales”.

https://twitter.com/embjpmx/status/1621237696768212994?s=20

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Así que el embajador cumplió y este 2 de febrero, Día de la Candelaria, compartió un video en el que mostró que un día antes fue a obsequiar unas deliciosas guajolotas: “salí a regalar tortas de tamal, todos son muy amables conmigo al recibirme en la calle, ¡arigato! Fue una sorpresa que hice ayer para cumplir mi promesa, disculpen por no avisar antes”, escribió el funcionario.

En la grabación se ve el momento en el que Noriteru Fukushima va a comprar el alimento en un puesto ambulante de una mujer ubicado cerca de la estación del Metrobús Hamburgo, a la que le mencionó: “Yo quería comprar tamales”, “¿aquí cual tamal se vende más?”, a lo que la mujer respondió que el verde; luego el embajador prosiguió: “Tiene buen aroma”, “Es muy caliente”, “Es de mole, uh”.

Luego se le ve en la avenida Reforma acercándose a unas señoras para darles las guajolotas e incluso se dio el tiempo de conversar con ella, pues una le comentó que su hijo era fan de la cultura japonesa y le dijo: “hasta parezco asiática porque soy bajita”. Luego todos se tomaron una foto.

El diplomático siguió entregando los tamales y hasta un hombre le dio las gracias con un “arigato”; finalmente se tomó una foto con dos mujeres con chalecos del gobierno de la CDMX con el monumento de El Ángel de la Independencia de fondo.

El video de Noriteru Fukushima generó varias reacciones: “creo que quiero ser fan del embajador de Japón en México”, “qué bonito gesto de acercarse a la cultura mexicana, estimado embajador”, “gracias por este gesto y compartir nuestras tradiciones”, “ojalá todos nuestros políticos y embajadores fueran como usted, educados, amables, amantes de nuestra cultura”, “qué detallazo, felicidades señor embajador, ya quisiéramos en México unos cuantos funcionarios como usted”.

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