Investigadores chilenos descubrieron en la Antártida el huevo de dinosaurio más grande que haya existido en esa era, con casi 30 centímetros de largo y 6.5 kilos, que corresponde a un reptil marino que vivió hace más de 66 millones de años.

“Con este insólito descubrimiento se puede comprender un poco más sobre la forma de reproducción de los grandes reptiles marinos de la era mesozoica o de los dinosaurios”, ha mencionado David Rubilar, paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural.

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Con una apariencia rocosa este fósil ovalado como una pelota desinflada, fue encontrado durante una expedición en el año 2011, donde unos investigadores de la Universidad de Chiles y del Museo Ncional de Historia fueron quienes lo encontraron.

Pero después de ocho años de examinarlo con expertos estadounidenses de la Universidad de Texas en Austin, la prestigiosa revista Nature ha publicado la conclusión de estos largos años, la espera fue mucha, pero sinceramente valió la pena.

El académico Alexander Vargas explicó que el huevo tenía cáscara “muy delgada” y que la madre, era un reptil marino que probablemente, midió “entre 7 y 17 metros. “Gracias a este hallazgo ahora sabemos que existen huevos de cáscara blanda de este tamaño”. La masa límite de estos es de 700 gramos.

La exploración se enmarcó en la mayor campaña paleontológica de Chile en el continente blanco como parte de la expedición anual del Instituto Antártico Chileno. Los geólogos se centraron sobre todo en la Isla Seymour, plagada de “maravillosos y abundantes fósiles”.

En esa época habitaron la zona los mesosaurios, que están directamente emparentados con especies como el dragón de Komodo. “Quizás nos da una pista de en qué tipo de entornos podríamos encontrar otros huevos de dinosaurio”.

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