Hollywood se encarga de abarrotar las carteleras de todo el mundo en Navidad, con éxitos de taquilla que refuerzan el espíritu de estas fechas. Pero en México, aunque pocas veces se ha recurrido a estos temas, también hay algunos filmes decembrinos imperdibles.
Éxitos de antes: los clásicos de la Navidad
En 1959 la extraña película “Santa Claus” se proyectó en las grandes pantallas de México y con el tiempo se convirtió en una cinta de culto en otras zonas del planeta, como Estados Unidos, por su estética atrevida.
En la película, Santa Claus, interpretado por José Elías Moreno, lucha en el espacio exterior contra el demonio Precio, quien pretende estropear las festividades decembrinas.
“Mi niño Tizoc” (1972) es otro de los pocos clásicos navideños hechos en México y en este caso ahonda en el costumbrismo mexicano, por lo que no puede faltar para comprender la cultura del país.
Carmelo, interpretado por Alberto Vázquez, vende flores baratas en Xochimilco, en el sur de Ciudad de México, por lo que no tiene el cariño de los vecinos.
Además, cuida solo de su hijo Tizoc, ya que es viudo, y debido a su mala fama nadie quiere invitar al niño a las tradicionales posadas navideñas, por lo que el padre le prepara un pollo que lo intoxica y Tizoc termina en el hospital.
Una Navidad modernizada
En las dos últimas décadas, la globalización y la integración cada vez más de las tradiciones navideñas estadounidenses en México han generado que se produzcan más películas centradas en estas fechas.
Una de ellas es la cinta de humor negro “Santos peregrinos” (2004), por la que su director Juan Carlos Carrasco fue nominado al Premio Ariel a la mejor ópera prima de ficción.
En la película, el general Emiliano Zapata (Ernesto Gómez Cruz) le entrega unas figuras de San José, la Virgen María y un Niño Dios a una mujer con un bebé en brazos, momentos antes de ser asesinado.
85 años después, un anciano de nombre don Emiliano, quien dice ser hijo del prócer, celebra una posada el 24 de diciembre con las nombradas figuras en la vecindad en donde reside.
Sin embargo, fallece dos días antes de la celebración y los vecinos inician una discusión por ver quién se queda las figuritas.
“Pastorela” (2011) es otro filme centrado en el humor negro pero esta vez el director, Emilio Portes, trata la condición humana, el bien y el mal a través de los conflictos que surgen en un pueblo durante el montaje de una pastorela (una representación teatral del nacimiento de Jesús con elementos prehispánicos).
En 2011 Fernando Rovzar dirigió y escribió “Navidad, S. A.”, protagonizada por un Santa Claus moderno (interpretado por Pedro Armendáriz Junior) que se enfrenta al calentamiento global y a la transformación de la Navidad en relación al protagonismo del consumismo y la falta de afectividad y convivencia.
Y la película decembrina más reciente que está teniendo gran éxito es “Guadalupe Reyes” (2019), que relata las aventuras de dos amigos que se reencuentran tras muchos años para intentar llevar a cabo el reto Guadalupe Reyes, que consiste en estar de fiesta desde el día de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre) hasta el día de Reyes (6 de enero).
El director Salvador Espinosa maneja la comedia con maestría y los protagonistas, interpretados por Juan Pablo Medina y Martín Altomaro, terminan viviendo unas hilarantes pero emotivas fiestas.
El clásico de fin de año
Un añadido al cine clásico que ven las familias mexicanas en estas fechas es la cinta “Los Caifanes” (1967), que, aunque no guarda una relación directa con la Navidad, cada 1 de enero vuelve a visionarse en muchas casas.
La película, escrita por el célebre Carlos Fuentes y dirigida por Juan Ibáñez, es a día de hoy considerada de culto y relata cómo la noche de fiesta de un grupo de jóvenes termina en un encuentro con ruta por cabarets, parques, funerarias y plazas públicas de Ciudad de México, todo ello envuelto por la psicodelia y el misticismo característico de los años 60.
Además, en una escena de “Los Caifanes” puede verse la iluminación del emblemático Zócalo capitalino donde dice “Feliz 1966” y en otra le queman la peluca a un Santa Claus.
La palabra caifán es un mexicanismo que se utilizaba en la época en Ciudad de México y cuyo significado es confuso.
Carlos Monsiváis, escritor y cronista de Ciudad de México, aseguró que esta palabra proviene de los mexicanos de la frontera con California, que mezclaban las palabras en español e inglés “cae fine”, resultando por su pronunciación, “caifán”.
La palabra se utilizó para referirse a personas que tenían el liderazgo y el respeto de su barrio y que, habitualmente, actuaban en la línea entre lo legal y lo ilegal.