Laura Dern está viviendo su año. Así podrían empezar todas las crónicas que hablen de ella año tras año, porque la actriz, a sus 52, ha sabido hacer de su constancia, su trabajo y su profesionalidad las señas de identidad que la han catapultado a lo más alto de la industria y que le llevan a protagonizar una resurrección constante. Prueba de ello son sus nominaciones a importantes premios —ya es ganadora de cuatro Globos de Oro y un Emmy— o sus participaciones en exitosas producciones, aunque siempre en un segundo plano. Si algo puede caracterizar a Laura Dern es ejercer de eterna y siempre perfecta secundaria en Hollywood.

Eso es algo que parece no importarle a esta intérprete y también productora, que acumula más de medio centenar de películas y series de televisión a lo largo de las cuatro décadas que lleva dedicándose a ello. De lo que no hay duda es de que Dern cierra este 2019 por todo lo alto. Tras arrasar con la segunda temporada de Big Little Lies y después de su aclamada interpretación como abogada feminista en la recién estrenada Historias de un matrimonio —que le ha valido la nominación a Mejor actriz de reparto para los Globos de Oro 2020—, la actriz estrena el 25 de diciembre Mujercitas y calienta motores para comenzar el rodaje en febrero de 2020 de Jurassic World 3.

Un éxito que no debería abrumarla. Laura Dern procede de una saga de artistas y salir del ala de sus progenitores no le resultó sencillo. La hija de los también actores Diane Ladd y Bruce Dern comenzó su carrera junto a su madre cuando apenas tenía siete años en Alicia ya no vive aquí (1974). Desde entonces, no paró. A los 14 recibió el curioso honor de ser Miss Globo de Oro, premio que la Asociación de la Prensa Extranjera concede a las segundas generaciones de actores —y al que en 2017 le cambiaron el nombre por el de Embajadora de los Globos de Oro—. David Lynch se fijó en ella con solo 16, la contrató para Terciopelo azul (1986) y la convirtió en su actriz fetiche. De la mano del cineasta también llegaron Corazón salvaje (1990), Inland Empire (2006) y la secuela de Twin Peaks. Con El precio de la ambición (1991) y Alma Salvaje (2014) logró sus dos nominaciones al Oscar y con Jurassic Park (1993) adquirió su propia fama. “Eso es lo más difícil cuando eres ‘hija de’, salir de la sombra de tu familia”, dijo la intérprete en una entrevista con EL PAÍS en 2017, año que participó en una de las películas de la saga Star Wars, Episodio VIII: Los últimos Jedi.

Fue en Jurassic Park donde conoció al que fue su primer marido, Jeff Goldblum, con el que estuvo casada durante dos años y con quien volverá a coincidir en el rodaje de Jurassic World 3. También ha mantenido sonados romances con el director Renny Harlin, y con los actores Kyle MacLachlan —con quien también volvió a trabajar en Twin Peaks— y Billy Bob Thornton, quien la dejó para casarse con Angelina Jolie (un matrimonio que solo duró tres años, hasta 2003).

Los años han ido marcando la trayectoria de una mujer que no sabe con certeza su edad. Según su biografía el pasado febrero cumplió los 52, pero para su familia son dos menos, o sea que este año habría cumplido su medio siglo de edad. “Mi madre dice que hay dos años de diferencia. Es una situación de risa”, explicaba la propia actriz en la misma entrevista con EL PAÍS.

En 2013, Dern se divorció del músico Ben Harper después de ocho años de matrimonio. Tuvieron dos dos hijos en común, Ellery, de 18 años y un modelo a punto de convertirse en un icono de la moda que ya ha recibido la llamada de Clavin Klein; y Jaya, la pequeña, de 14. Para su separación, Dern contrató a Laura Wasser, la abogada matrimonialista de los famosos que ha llevado los divorcios de de Gwyneth Paltrow y Chris Martin, Ashton Kutcher y Demi Moore, Antonio Banderas y Melanie Griffith o Kim Kardashian y Kris Humphries (estos últimos tras apenas 72 mediáticos días casados).

Dern no desvela si ella fue su modelo a seguir para hacer de abogada en Historias de un matrimonio (Noah Baumbacj). En una reciente entrevista para Vogue España, la actriz contó que se reunió con “un par de abogadas bastante icónicas” para aprender “cómo trabajan las mujeres en este negocio, qué usan, cómo ganan sus casos”, pero no desveló nombres. Lo que sí admite es que se ve especialmente reflejada con la película en los discursos feministas, como el que se aprecia en una conversación entre los protagonistas —Adam Driver y Scarlett Johanson— cuando él le reprocha a ella que se queje de que no se respeta su opinión cuando nunca le ha interesado darla. “En el caso de nuestros padres, era el hombre quien establecía las reglas. Pero las cosas han cambiado y creo que ahora tenemos que evolucionar juntos y no estar resentidas con los hombres por no tener en cuenta lo que queríamos cuando nosotras mismas no lo estábamos verbalizando”, explica a la revista.

Entre rodaje y rodaje, Dern también tiene tiempo para el activismo. Apoya la lucha contra el cambio climático, defiende el control de armas, reivindica el papel de la mujer y la igualdad salarial y muestra su contrariedad a las políticas migratorias de la administración Trump. De todo deja constancia en sus redes sociales: acumula más de 700.000 seguidores en Instagram. Además, es embajadora de la firma de cosmética natural True Botanicals; tiene su propia productora, Jaywalker Pictures; y está muy implicada en un nuevo museo dedicado al cine y diseñado por Renzo Piano, el Academy Museum of Motion Pictures, que abrirá en 2020 en Los Ángeles.

Los que la conocen destacan de ella su energía inagotable, su belleza y altura únicas —mide 1,79 metros—, su amistad inquebrantable y su gran simpatía y amabilidad. Tal es así que cuando hace unos meses la relacionaron con Bradley Cooper por unas imágenes de ambos por las calles de Nueva York, no dudó en responder cuando fue preguntada: “Bradley es una excelente persona, el mejor, y también uno de mis mejores amigos. Así que no voy a echar la bronca a nadie que sienta tanta curiosidad sobre su vida sentimental porque él es simplemente espectacular”. 

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