Al regresar del trabajo, el miércoles 1 de septiembre, una mujer encontró a su hijo de dos años muerto en su casa, mientras que el mayor, de 14 años, estaba desaparecido. Junto al cuerpo del menor había una carta cuyo mensaje desconcertó a todo Pedro Juan Caballero, Paraguay, lugar donde ocurrieron los hechos.
“Lo siento, su hijo vio algo que no debía ver. Tenemos al otro hijo mayor”, se leía en la misiva.
La madre llevó el cuerpo del menor al Hospital Regional Pedro Juan Caballero, sin embargo el niño llevaba ya varias horas de haber fallecido, de acuerdo con La Nación.
En un principio, las autoridades locales manejaron la hipótesis de que un extraño había irrumpido en el domicilio de la mujer y había perpetrado los crímenes.
Sin embargo la cámara de seguridad de la zona no captó la llegada de ningún extraño. Lo que sí observaron fue al hermano mayor, quien salió de la casa con rumbo desconocido.
El testimonio de la dueña de la casa donde vivía la familia, recogido por el comisario Hugo Díaz, confirmó la salida del adolescente de 14 años.
“A eso de las 12 del mediodía, vio a ambos hermanitos jugando en el patio, luego volvieron a ingresar en la pieza, y que a eso de las 15:30 vio al hermano mayor dirigirse hacia la calle”. declaró el oficial a medios locales.
El hermano, el principal sospechoso
Por las características de la letra de la carta, las autoridades consideran la posibilidad de que fue el hermano quien la escribió, reporta La Nación. Es por eso que Reinalda Palacios, la fiscal a cargo del caso, pidió incautar los cuadernos del adolescente para someterlos a un examen pericial con el fin de esclarecer los hechos.
Además, cabe señalar que no se encontraron señales de violencia ni de abuso sexual en el cuerpo del menor, por lo que ahora se presume que el niño murió por sofocamiento o por alguna otra acción durante un juego con su hermano.
Al iniciar el examen forense, el cuerpo del menor presentaba una rigidez cadavérica correspondiente a cuatro o cinco horas de haber fallecido. Por lo que se cree que murió entre la una y dos de la tarde del miércoles.
Los padres de los niños están separados y la madre cruzaba todos los días la frontera con Brasil para ir a trabajar.
