La serie surcoreana ‘El juego del calamar’, que narra la historia de 456 personas que eligen participar en una contienda mortal para divertir a espectadores súper ricos, se ha convertido en un fenómeno internacional, al punto de encabezar la lista de espectáculos más populares de Netflix en al menos 90 países, según Forbes. El caso es que la trama, aunque puramente ficticia, está inspirada en la realidad económica de Corea del Sur, confirmó este miércoles el creador de la cinta, Hwang Dong-hyuk.

“Las historias y los problemas de los héroes son extremadamente personalizados, pero asimismo reflejan los problemas y las realidades de la sociedad coreana”, indicó el cineasta en un correo electrónico a The New York Times, agregando que había ideado ese ‘complot’ ya en 2008.

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Deuda creciente

Lo que une a todos los participantes del juego es que son desesperadamente pobres o están incluso fuertemente endeudados. Compiten con el fin de obtener el premio, de unos 38,5 millones de dólares, que resolvería sus problemas financieros.

El elemento central aquí es la deuda por hogares, afirma la investigadora Sarah A. Son, de la Universidad de Sheffield. Su cuantía ha crecido rápidamente a lo largo de los últimos años, tanto en términos absolutos como en relación con los ingresos. Como resultado, ya supera el PIB anual del país.

“La cantidad total de la deuda contraída por los surcoreanos comunes […], en términos individuales, significa que incluso si ahorraran cada centavo que ganen durante todo un año, aún no podrían pagar su deuda. Y la cantidad de personas con problemas de deuda está aumentando a un ritmo exponencial”, explica en The Guardian el jefe del grupo de expertos Real Good Economic Research Institute, Lee In-cheol.

Ante esa circunstancia, el Gobierno ha intentado frenar el avance de la deuda, subiendo las tasas de interés y dictando restricciones crediticias para los más jóvenes, que constituyen el grupo más endeudado en relación con sus ingresos. Sin embargo, los que carecen de fondos para afrontar imprevistos —como un despido repentino o la enfermedad de un familiar— buscan otras vías de resolver sus problemas, al menos por un tiempo. Como resultado, recurren a prestamistas de mayor costo y riesgo, corriendo el peligro de enfrentarse a cobradores de deudas en caso de que no puedan pagar.
“Es casi imposible vivir cómodamente”

La carga del endeudamiento no presiona a todos con la misma fuerza. El 20 % de los surcoreanos más ricos tiene una patrimonio neto 166 veces mayor que el 20 % más pobre. El alza en los precios de la vivienda y el crecimiento del desempleo juvenil, así como la pandemia de coronavirus, agudizan el problema de la desigualdad económica.

Según contó a The New York Times un oficinista de Seúl, Koo Yong-hyun, de 35 años, actualmente es “casi imposible vivir cómodamente con el salario de un empleado regular”. A su vez, una joven especialista graduada de la universidad en 2020 relató que ha buscado un puesto laboral estable durante más de un año. “Es realmente difícil para los veinteañeros encontrar un trabajo de tiempo completo en estos días”, aseveró. Agregó que es poco probable que críe un hijo, por lo costoso que resulta.

“En Corea del Sur, todos los padres quieren enviar a sus hijos a las mejores escuelas. Para hacer eso hay que vivir en los mejores barrios”, explicó la joven, de 27 años, al aseverar que no considera posible ahorrar suficiente dinero para adquirir una propiedad apropiada. “Ni siquiera me he molestado en calcular cuánto tiempo me llevaría”, dijo.

Consecuencias psicológicas

Pese a ser una de las sociedades asiáticas más exitosas en el plano financiero, en las últimas décadas Corea del Sur ha vivido el colapso de instituciones tradicionales y una atomización social, opina Yun Suk-jin, crítico de teatro y profesor de literatura moderna en la Universidad Nacional de Chungnam.

“Los surcoreanos solían tener un espíritu comunitario colectivo”, resaltó Yun, al afirmar que la crisis financiera asiática de finales de los 1990 “hizo que todos lucharan por sí mismos”.

Probablemente sea por eso que en el país han florecido la lotería y el mercado de criptomonedas, que dan a las personas la ilusión de “cambiar sus vidas en un segundo”, según Koo. El oficinista opina que ganar dinero rápido se ha convertido en una obsesión de muchos surcoreanos, para quienes es difícil hallar un trabajo digno.

“Me pregunto cuántas personas participarían en ‘el juego del calamar’ si se llevara a cabo en la vida real”, señaló.

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