Anna Phillips, una madre de familia británica, pensó que estaba siendo estafada cuando recibió una carta notificándole que era beneficiaria de la fortuna de un hombre al que nunca había conocido.

No obstante, Phillips, profesora de arte en una escuela internacional en Kirguistán de 65 años, fue una de las personas que obtuvieron en herencia una parte de las 180.000 libras esterlinas (casi 231.000 dólares) de George Anderson, que murió en 2019 en un asilo de ancianos en la localidad inglesa de Kirkby.

Anderson, que falleció a la edad de 81 años, no dejó ningún testamento y no tenía parientes conocidos que pudieran heredar su patrimonio. Entonces se le pidió a Finders International, la mayor firma de genealogía de sucesiones del Reino Unido, que buscara a familiares del difunto con derecho a heredar su patrimonio, informa LiverpoolEcho.

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Anderson nació en 1938 en Everton, cerca de Liverpool. Rápidamente se determinó que era hijo único y que nunca se había casado ni tenido hijos. Pesquisas adicionales sobre su familia llevaron a los investigadores a rastrear a sus posibles herederos en países como Australia, Malta, Canadá e incluso Kirguistán, e identificaron a 26 beneficiarios potenciales del patrimonio.

Uno de estos beneficiarios resultó ser Anna, puesto que su abuelo era uno de los nueve hermanos de la madre de George Anderson.

“Recibí una carta de Finders International sobre George Anderson. Al principio pensé que era una estafa”, comentó la mujer. “Nunca en mi vida había oído hablar de él. Luego, un poco más tarde, mientras caminaba a casa después de una jornada de clases, recibí una llamada telefónica”, explica.

“Es una pena que nunca lo conocí y que nunca nos encontramos. (…) Todo este proceso nos ha ayudado a volver a ponernos en contacto con una familia extensa, y la oportunidad de tener un árbol genealógico completamente trazado es realmente algo especial”, manifestó.

Anna agregó que la inesperada herencia les ayudó a ella y a su esposo a pagar parte de la hipoteca y a dejar algo de dinero a sus hijos.

Finders International encontró 26 beneficiarios en total, cada uno de los cuales recibió una parte del patrimonio de George.

Si no se hubiera encontrado a ningún beneficiario, el dinero de George habría ido a la Tesorería británica.

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