Un video registrado en la emblemática piscina Bondi Icebergs, en Sidney, Australia, ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, luego de mostrar a una mujer nadando de espaldas mientras sostiene su teléfono móvil sobre el agua, sin apartar la mirada de la pantalla en ningún momento.
La escena, captada por otro bañista acumula cientos de miles de visualizaciones y comentarios. El tono irónico del pie de video -“Qué bueno ver a la gente vivir el momento, aprovechar al máximo el tiempo de pantalla, sin dejar nunca de estar conectada y sobreexponiendo cada minuto posible de sus vidas”- ha alimentado la conversación sobre el papel de la tecnología en espacios recreativos y en la vida cotidiana.
Mientras algunos usuarios se mostraron divertidos por la destreza de la mujer para mantenerse a flote sin mojar el dispositivo, otros expresaron preocupación por lo que interpretan como un síntoma de dependencia digital. El video también ha dado pie a debates sobre privacidad y sobre el creciente impulso de documentar permanentemente la propia vida, incluso en situaciones que tradicionalmente se asocian al descanso o la desconexión.
Bondi Icebergs, una de las piscinas oceánicas más fotografiadas del mundo, es un escenario habitual para imágenes virales, aunque pocas generan un nivel de reacción tan significativo. Hasta el momento, la protagonista del video no ha sido identificada ni se ha pronunciado sobre el episodio.
La publicación continúa difundiéndose y mantiene vivo el debate sobre los límites entre la conectividad permanente y la experiencia directa del entorno, un dilema cada vez más visible en espacios públicos de todo el mundo.










