‘Don’t Look Up’ (‘No miren arriba’), la exitosa película de Netflix dirigida por Adam McKay, ha sido tema de conversación desde su estreno en la plataforma, el pasado 24 de diciembre, y ha generado impresiones de toda índole en las redes sociales.

Esta comedia negra de ciencia ficción, protagonizada por grandes de Hollywood como Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep, se centra en dos astrónomos que descubren un cometa apocalíptico que acabará con la Tierra en seis meses, ante lo cual tanto el Gobierno estadounidense como la mayor parte de la sociedad actual reaccionan despreciando las pruebas científicas.

Bajo esta trama, la puntuación de la crítica no es del todo satisfactoria (55 % en el sitio web de revisión y reseñas para cine y televisión Rotten Tomatoes) y las opiniones de los espectadores están fuertemente divididas.

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De acuerdo con el portal Gizmodo, más allá de la polarización provocada por la producción y su importancia o no como pieza cinematográfica, su valor real radica en todas las discusiones que está generando alrededor de temas como los medios de comunicación, las redes sociales y principalmente el cambio climático. Y aunque la lista de cintas que han abordado el asunto medioambiental es amplia, ‘No miren arriba’ está aprovechando la “época de difusión de las redes sociales” para suscitar debate y además demuestra la necesidad de abordar la actual crisis climática, incluso desde el cine y las artes, señala la web de tecnología y ciencia.

“Silencio climático”

Un análisis de 2016 de las universidades de Yale y George Mason, en EE.UU., señala que más de la mitad de los estadounidenses que se interesan por el calentamiento global o piensan que el tema es importante “rara vez” o “nunca” hablan de ello con familiares y amigos. Este fenómeno puede ser consecuencia de lo que los científicos denominan “espiral de silencio climático”, en la que los medios de comunicación de mayor influencia no cubren esos contenidos por creer que no merecen la pena ni son importantes.

Ante esta situación, la producción de Netflix, valiéndose de un elenco de estrellas de cine y una amplia promoción, ha sembrado en la gente del común la necesidad de expresar su opinión en torno a cuestiones que no son fáciles de comprender por todos y que muchos evitan tratar, por no saber lo suficiente o pensar que son asuntos netamente políticos.

Que la película sea o no la mejor sobre lo que busca dar a entender pasa a un segundo plano porque lo más importante es que está provocando una reacción en medio de la creciente avalancha de desastres climáticos.

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