Desde antes de las siete de la mañana en las grandes ciudades y pueblos veracruzanos empezaron a llegar a las casillas electorales miles de entusiastas ciudadanos que querían cambiar las cosas de la política con las armas que la ley permite. Las elecciones y los sufragios efectivos.
En las casillas de siempre y en las casillas especiales, ayer domingo era común ver las largas filas de personas que lo primero que hicieron al levantarse fue dirigirse a emitir su voto. En varias casillas las aglomeraciones desde temprano pusieron en evidencia al personal del OPLE y el INE, a los ciudadanos encargados de la jornada y a los representantes de los distintos partidos políticos, que no sabían cómo agilizar los procesos de instalación y supervisión de mesas, boletas y urnas electorales.
En muchas casillas se reportaron demoras y disgustos de los votantes formados o aglomerados frente a ellas, quienes observaron la poca capacitación o criterio de los encargados, que evidentemente fueron rebasados por la llegada masiva e inédita de los jóvenes, los maduros y los adultos, que sonrientes y pacientes, esperaron a que se iniciaran las votaciones, que en muy pocos casos lograron empezar a las ocho de la mañana. En algunos lugares, los primeros sufragios se colocaron en las urnas cerca de las nueve de la mañana, una hora después de lo anunciado.
En Veracruz, la población parecía tener una sola idea en mente. La de manifestar su apoyo a López Obrador y a los diferentes candidatos de MORENA, y de este modo hacer patente su disgusto y rechazo a las propuestas continuistas de Yunes Linares y su equipo gobernante.
Así como hace dos años Miguel Ángel Yunes Linares se burló y empezó a desquitarse de Javier Duarte y de quienes en la gestión previa lo adjetivaron despectivamente, así ahora, los morenistas se solazan de las expresiones despectivas de Yunes Linares y su descendencia, quien bautizó a López Obrador como un hombre desfasado y senecto.
Cambio de situación, cambio de banderas y cambio de encumbrados en las alturas de la política. La alianza “por México al frente” no tuvo el eco esperado y los años por venir serán gobernados en el país y en el estado por la esperanza morenista, por el perdón a los pecados, por el AMLOVE de Andrés Manuel López Obrador y Cuitláhuac García Jiménez.
Tiempos nuevos en la política nacional y en la estatal. Se esperan acciones punitivas y de investigación y sanción, en contra de muchos de los azules y amarillos del PAN y el PRD, que ignorando u olvidando las pésimas acciones de los duartistas en el gabinete y en el congreso, empezaron a caer en lo mismo y a medrar con los recursos del gobierno del estado.