No se trata de ningún peligro que ponga en riesgo la integridad física de los trabajadores de SEDESOL estatal o de los antiguos vecinos de los pisos superiores. Se trata de los días de terror que están sufriendo ciertos colaboradores administrativos y algunos corruptos exfuncionarios de esa dependencia que se enredaron con contratos de empresas fantasma que no entregaron láminas de zinc, cementos o algunos artículos para proyectos productivos, como especificaron en diferentes contratos que dejaron pingües ganancias a no pocos personajes que fungieron como jefes de departamento, directores, coordinadores y jefes de unidad.

Empresas fantasma con domicilios en Boca del Río, Veracruz, Minatitlán y otros municipios del sur del estado y la zona de Coatepec.

La Auditoría Superior de la Federación y la Fiscalía Estatal han encontrado los hilos de las madejas y las propiedades y bienes que esos empleados no pueden justificar con ingresos normales en los principales fraccionamientos de Xalapa y de la zona turística de Boca del Río, así como uno que otro rancho con vacas, borregos y equinos. Las denuncias corren su curso y la época electoral exige circo y cadáveres.

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Cuatro apellidos bien conocidos salen a relucir en ese opaco manejo administrativo con documentos falsos y facturas apócrifas y miles de bienes pagados y no entregados, aunque con cientos de hojas de padrones de beneficiarios inventados, elaborados para esconder los delitos en la función pública.

El tema puede llegar a algunos estados del sureste de la república.

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