La bendición del papa Francisco, con el propio nombre en el pergamino y enviada desde el Vaticano directamente a casa, cuesta entre 13 y 30 euros.
Ciertamente, este método para ser bendecido por el pontífice no es lo mismo que asistir personalmente a una audiencia general, un ‘angelus’ o una ceremonia papal en el Vaticano, pero desde siempre no sólo satisface el deseo de quien difícilmente puede desplazarse a Roma, sino que también representa una contribución, (en la Santa Sede se le llama “donación”), que se agrega a las que el pontífice recibe normalmente de todo el mundo.
Estas donaciones las organiza la llamada “limosnería vaticana”, la antigua institución que permite al Papa realizar obras de caridad, dentro y fuera de Italia.
El titular de la “Limosnería del Papa”, el cardenal polaco Konrad Krajewski, ha decidido adaptarse a los tiempos modernos, recurriendo a internet. De tal manera, dirigiéndose al ‘sito www.elemosinerie.va, y después a la sección llamada “Bendición apostólica”, se podrá ordenar el pergamino partir del próximo 10 de marzo. Un correo electrónico confirmará la correcta recepción del pedido, mientras que la “bendición” llegará al destinatario en un plazo de 20 días, tramite un transporte de paquetería internacional.
Los precios cambian en base a la distancia entre el Vaticano y el país de quien hace el pedido. Naturalmente, los italianos son los mas afortunados, considerando la cercanía con el “remitente”, es decir el Vaticano, por lo cual recibir la ”bendición” costará sólo 13 euro. A alguien de EU costará 18 euros, mientras que un latinoamericano tendrá que pagar 24 euros. Un africano en cambio tendrá que desembolsar 30 euros. El pago se realiza con tarjeta de crédito.
Hasta la fecha, para comprar una “bendición apostólica” era necesario presentarse personalmente a las oficinas de la “Limosnería” en el Vaticano, enviar el pedido vía fax, o bien adquirirla, como la mayoría de los fieles y turistas, en una de las tiendas de “souvenir” alrededor del Vaticano.
Ahora, con esta decisión, el Vaticano se propone terminar con el gran negocio de las bendiciones, que se vendían generalmente entre los 30 y los 50 euros, mientras que la “Limosnería” recibía sólo alrededor del 10% por los “derechos de autor”.