En Argentina, dos presuntos delincuentes se acercaron a un Uber para asaltar a las personas en el interior del vehículo, sin sospechar que el conductor era un policía fuera de servicio. Cuando intentaron llevar a cabo su delito, el policía respondió con fuego y los mató.

La madrugada del 13 de septiembre, una enfermera tomó un Uber con destino a González Catán, un barrio a las afueras de Buenos Aires. Cuando llegaron al domicilio de la pasajera, dos sujetos se acercaron al vehículo y uno de ellos daba la impresión de estar armado.

Una cámara de vigilancia captó ese momento:

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Desafortunadamente para los ladrones, el conductor era un policía que recibe un ingreso adicional como proveedor de un servicio en la aplicación de transporte a particulares. Como elemento del Grupo de Prevención Motorizada de la policía bonaerense, siempre anda portando su pistola reglamentaria, incluso cuando está vestido como civil.

Según la versión de la Policía, los occisos “intentaron cometer un robo y le apuntaron al chofer”. El conductor respondió con su propia arma de fuego, la cual disparó sin bajar el cristal de su ventana. “Debajo de uno de los cuerpos fue hallada un arma que resultó ser de fabricación casera”, se informó a medios locales.

Aunque el fiscal asignado al caso considera que el policía actuó en legítima defensa, la Gendarmería Nacional todavía debe realizar las pesquisas pertinentes para determinar si el policía tiene que enfrentar algún cargo.

Además de los dos hombres abatidos, nadie más resultó lesionado de las acciones reportadas en este caso.

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