El regreso a clases no ha sido sencillo para los padres de familia en todo el mundo, así lo confirmó una mujer de Inglaterra, quien tuvo que lidiar con el hecho de que sus hijas fueran regresadas de la escuela por no llevar los zapatos correctos.

La madre soltera compró los pares de zapatos de sus hijas; sin embargo, las niñas fueron enviadas a casa el primer día debido a que, de acuerdo a la escuela, el calzado no cumplía con la política de uniformes al ser catalogado como botas.

“Soy madre soltera. Soy autónoma y no gano mucho dinero. Los zapatos que les compré a mis hijas costaron bastante”, dijo la mujer de la ciudad de Reading.

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A las niñas se les permitió regresar a la escuela con la condición de que sus zapatos fueran sustituidos antes del 30 de octubre, pero la madre no aseguró que eso fuera a suceder, pues le daría prioridad a otros problemas si llegaran a presentarse.

“Si mi lavadora se estropea en ese tiempo, voy a pagar para arreglarla, no para comprar zapatos nuevos. No entiendo la mezquindad con la que los colegios afrontan el hecho de los padres no tengan dinero”, dijo la mujer.

Por su parte, la subdirectora de la escuela, Mary Morris, detalló que, antes de que los menores volvieran a las aulas, se hizo una consulta con los padres y se les invitó a dar su comentario.

“Finalizamos nuestra política de uniformes y la enviamos a los padres en abril, enviamos varios recordatorios. Fuimos muy claros en cuanto a los requisitos del uniforme”, mencionó la autoridad estudiantes, de acuerdo al diario The Sun.

Morris también aseguró que han sido pocos los estudiantes que no han cumplido con la política de uniformes y remarcó que en la escuela se hizo todo lo posible para dejar en claro las expectativas respecto a los uniformes.

La política de uniformes de la escuela de Reading, Inglaterra, no permite los zapatos marrones, tenis, botas, botines y zapatillas de tela.

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