En los actos violentos registrados en las horas previas a la Navidad, un hecho de corrupción brotó ante la opinión pública en Martínez de la Torre, así como brota la misma pus.
Resulta que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) reportaron tres personas ejecutadas, a plena luz del día, cerca de la Tienda Soriana de ese municipio, lo que ocasionó psicosis entre los habitantes que circulaban por ese lugar.
Los infortunados hombres -se supo horas más tarde- eran trabajadores del alcalde de Martínez de la Torre, José de la Torre Sánchez, quienes hacían labores de personal de custodia y traslado de valores (dinero en efectivo, pues) sin permiso ni licencias.
De acuerdo con testimonios, las personas victimadas recibían a diario el dinero de las ganancias de las Tiendas Súper 2000, propiedad del munícipe de extracción panista, y lo trasladaban a sitios distintos para su resguardo.
Todas éstas operaciones las venían realizando desde hace muchos meses al amparo de la pasada administración que no exigió al panista conducirse conforme a las exigencias de ley para la custodia de valores.
No extraña porque entre Pepe de la Torre y el ex secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marie, así como con el fiscal general del Estado, Jorge Winckler Ortiz, hay grandes complicidades.
Tan es así que en los últimos días, Pepe de la Torre fue uno de los cinco alcaldes que se negaron -junto con sus cabildos- a aprobar la remoción del fiscal Winckler.
Por eso la misma ciudadanía, enterada de los hechos violentos y vínculos de las personas ejecutadas con el presidente municipal de Martínez de la Torre, comenzó a cuestionar el respaldo que en ese lugar tiene el abogado de la familia Yunes.
Un dato que bien valdría la pena revisar, es que Martínez de la Torre se ha convertido en un municipio donde los hechos delictivos están a la orden del día, al igual que en otros lugares como Veracruz Puerto, Álamo, Citlaltépetl y Tlalixcoyan.
