Un elefante asiático de 40 años de edad conocido como Big Boy fue liberado en el santuario Ostok, mismo que fue diseñado a 20 kilómetros de Culiacán, Sinaloa.

Inicialmente, el elefante, que fuera liberado de un zoológico en abril pasado, vivió en el Zoológico de Culiacán donde fue estabilizado para llegar a su nuevo hogar.

El animal de cinco toneladas conoció la libertad gracias a un grupo de activistas y empresarios que buscaron salvarlo del abandono en el que estaba desde hace seis años en la ciudad de Guadalajara.

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La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de la República Mexicana (AZCARM) junto con dos empresarios de México y Estados Unidos informó que desde durante meses trabajaron para darle una segunda oportunidad a este ejemplar de la especie asiática catalogada como en peligro de extinción.

Big Boy pasó tres décadas de su vida encerrado en una jaula y dedicado a realizar trucos en un circo. Después que las leyes mexicanas prohibieron el uso de animales en dichos espacios, el paquidermo fue encadenado y abandonado debido a que sus dueños no tenían dinero para su alimentación y mantenimiento.

El enorme animal fue trasladado el domingo desde el Zoológico hasta el santuario y se vigiló su alimentación y estado de salud.

El traslado estuvo coordinado por expertos, quienes lo alimentaron y tranquilizaron previo a emprender su viaje de poco más de 20 kilómetros.

El lugar en el que ahora vive Big Boy simula su hábitat natural y cuenta con una extensión de 21 hectáreas que, eventualmente, se convertirá en una zona de reserva de animales silvestres.

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