Damilya Jossipalenya se encontraba, súbitamente, encerrada en su cuerpo. Desesperadamente encerrada. Asfixiada. Es que hacía pocos minutos su novio, Alessio Bianchi, la había amenazado. Pero no con golpearla —situación que se sospecha que había atravesado—, sino con algo que ella consideró peor: mostrarle a su familia y amigos videos y fotografías de ambos teniendo sexo desenfrenado.

A sus 24 años, Damilya se sintió en un dilema tal que vio una única y dramática opción. Escribió en su teléfono celular una nota, brevísima, dedicada a Bianchi. La envió. Luego, se arrojó por el balcón del edificio donde vivía. Murió al instante.

Ella sabía que su amado era capaz de hacer eso. Monstruoso, el estudiante de 26 años ya lo había hecho. “Seguiré destruyéndote”, la había amenazado con la pornovenganza hacía un año.

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De origen italiano, el hombre que “empujó” a la joven a la muerte nació en Arabia Saudita y vive actualmente en Paddington, Reino Unido. Ahora enfrenta cargos de homicidio por la muerte de Damilya.

La imagen con que Bianchi amenazaba destruir la vida de su novia los mostraba realizando sexo oral en un puesto telefónico. El acusado entregó las imágenes a un amigo. Era la primera vez que cumplía con su amenaza.

Damilya se lanzó desde su apartamento de Londres luego de que Bianchi la expulsara de su vivienda y la amenazara con enviarle imágenes de ambos en situaciones íntimas a su familia. La humilló frente a los vecinos y la gente que pasaba por el edificio de Paddington, y ella se alejó. ¿Ya había decidido poner fin a su vida?

El joven estudiante ya había tenido que dar explicaciones a la policía en mayo de 2017, cuando Jossipalenya lo denunció porque él la había intentado ahorcar tras golpearla. En aquella ocasión, ella se desmayó. Cuando se recuperó, él la estaba moviendo de lugar. “Le dijo que la amaba y que si le decía a alguien sobre el ataque, la perseguiría y la mataría”, contó en el juicio el fiscal Carly Loftus.

El 25 de mayo del año pasado, Bianchi cometió su primera venganza y envió el video de ella practicándole placer en una cabina telefónica en el norte de Londres. El hombre se lo envió por Whatsapp a varios de sus contactos, que se lo reenviaron a la víctima por pedido del agresor.

Pese a todo, Jossipalenya continuó con la relación.

En junio, luego de otra discusión, él la echó de su casa violentamente. Al llegar a su apartamento, Damilya le envió un mensaje de texto: “Alessio, te amo. Lo siento”. Luego se suicidó.

Ahora Bianchi enfrenta cargos por homicidio. Quizá, se haga justicia.

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