El colegio Tucson High School, Arizona, Estados Unidos, vivió momentos de mucha tensión luego de que se desatara una batalla campal entre un padre y 30 estudiantes que habían maltratado a su hijo y le hacían bullying.
Acorde a lo que trascendió en los medios locales, todo comenzó cuando el adulto ingresó al campus para enfrentar a los jóvenes que habían amenazado a su pequeño con “asaltarlo a la salida de clases”.
La Policía informó que, pese al caos del momento, no se utilizaron armas de ningún tipo ni se reportaron heridos.
Si bien la identidad de este padre no fue dada a conocer, su hermana Rosalinda Martínez dialogó con el portal DailyMail y contó que fue liberado pocas horas después del hecho y solo fue acusado de “interrupción de clases”. En ese contexto, detalló. “El juez vio todos los videos y entendió las circunstancias. Le dijo que las cosas se podrían haber hecho de otra manera y evitarlo todo”.
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Sin embargo, los padres de los jóvenes a los que agredió alegaron que la Policía usó gas pimienta para frenar la disputa y que, además, necesitarán de asesoramiento dado que eso “significó demasiado trauma”. No obstante, las autoridades de Tucson desmintieron el uso de la fuerza para dispersar el conflicto.
En cuanto al gas pimienta, el sargento Richard Gradillas comentó: “Si se usó, no fue nuestro departamento”.
En los videos se puede ver como, si bien el conflicto comenzó por la irrupción del padre, varios adolescentes empezaron a pelear entre ellos mientras que las autoridades del campus y la Policía intentaban mermar el conflicto.
“Este incidente ocurrió en una gran área del campus durante un momento ocupado del día, que es a la hora del almuerzo. La información inicial que manejamos indica que el sospechoso no llevó armas al campus, no se reportaron heridos ni transportes médicos. Podemos confirmar que ningún oficial del cuerpo de Policía de Tucson utilizó ningún tipo de fuerza, incluido el spray de gas pimienta”, declaró Gradillas al ser consultado por el portal antes mencionado.
Mientras tanto, en redes sociales aparecieron varios padres de los jóvenes damnificados que se pronunciaron en contra de las autoridades de la institución educativa. Según ellos, sí se utilizó gas pimienta y no se le permitió el ingreso al cuerpo médico para que asistieran a los heridos.
“Mi hijo no fue atendido por la enfermera de la escuela ni ningún funcionario de salud. Le aconsejaron que se pusiera leche en los ojos y volviera a clases. La escuela estaba cerrada y no pude recogerlo para llevarlo a que la tratasen”, se lamentó una mujer.
Por el momento, las autoridades continúan con una investigación para determinar si existió uso del mencionado gas pimienta y quién fue el perpetrador. En cuanto al hombre, su identidad sigue sin ser revelada y ya se encuentra en libertad y junto a su familia. Probablemente se lo cite a declarar para esclarecer lo ocurrido y determinar los pasos a seguir no solo en cuanto a la Justicia sino dentro de la entidad educativa a la que asiste su hijo.
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