Una paloma esperó el viernes pasado en un bebedero público ubicado en una terminal de ferris de Nueva York (EE.UU.), hasta que Steven Pesantez presionó el botón que permitía la salida del agua.

Inicialmente, la paloma estaba posada sobre el bebedero hasta que el hombre se acercó con el fin de ayudarla y ella no se asustó (como suele suceder). Al contrario, aprovechó el gesto para saciar su sed.

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