Como gran parte de la población hoy en día, la casa de Rochelle Andonian ahora sirve como su “home office” de tiempo completo, debido al aislamiento impuesto por el COVID-19. Sin embargo, parece que sus dos perros no recibieron el memo.

Mientras Rochelle ha hecho todo lo necesario para mantener las cosas en el trabajo lo más normal posible, comunicándose con clientes y compañeros por teléfono, sus perros Sally y Bing, hacen todo lo posible por mantener más divertido el home office de su dueña.

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Entonces la mujer tuvo la grandiosa idea de enseñarles a sus perros a no ladrar mientras ella hacía home office y la divertida historia terminó por ser viral en redes sociales.

Hacer “home office”, es decir, trabajar desde casa, tiene sus ventajas y es algo que las personas de muchos lugares del mundo han podido experimentar durante los días de cuarentena y lo han hecho junto a sus mascotas, sean perritos, gatos o animal de preferencia.

Así como Rochelle, hay muchos dueños de perros que han tenido que manejar un aspecto difícil mientras realizan home office: los ladridos. Los cuales son frecuentes en Salty y Bling para alertar a Rochelle que hay alguien en la puerta debido al material de trabajo que ahora se envía por correo a la casa de la mujer.

Esos momentos son inoportunos para Rochelle Andonain y sus compañeros de trabajo lo han notado. “Cada vez que llamo a mi equipo, hacen apuestas sobre qué tan pronto mis perros comenzaría a ladrar a algo”, dijo Andonain. Entonces, decidió remediar la situación.

Estableciendo nuevas reglas básicas para sus perritos Sally y Bling, incluso haciendo uso de una imagen la mujer ilustrativa, los perritos se sentaron pacientemente durante la presentación y tomaron la lección con seriedad: “Mamá al teléfono = ¡No ladrar!”.

Rochelle se alegró de haber tenido esa conversación con los perros y sus colegas también lo estaban. “El lunes, antes de comenzar nuestra primera llamada, envié a mi equipo la foto y dije: ‘¡Problema resuelto!'”, dijo Andonian. “Les encantó”.

Los dos perros entendieron y parecían estar completamente a bordo con la nueva rutina de home office indicada por su dueña. Y aunque a veces los perritos se pongan locos, Rochelle no cambiaría a sus dos adorables y ruidosos compañeros de trabajo en casa por nada del mundo.

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