José Luis Enríquez Ambell

Alrededor de 97 millones de mexicanos estamos llamados a sufragar en las urnas y participar en las elecciones más grandes de la historia del país el próximo domingo 2 de junio.

En esa jornada se disputarán casi 20,300 puestos de elección popular y con ello renovar el tablero del ajedrez político y electoral, como nunca antes visto en el País.

Una cosa es segura, habrá por primera ocasión una Presidenta de la República (mujer), pero se renovarán también a los 128 senadores, 500 diputados del Congreso Federal, a Nueve Gubernaturas estatales – Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, “Veracruz”, Yucatán y Ciudad de México, Congresos Locales y en algunos casos a sus Alcaldes y ediles, entre los titulares y sus suplentes.

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Jóvenes – de ambos sexos – y las mujeres, no deben ser utilizadas como una especie de rehenes electorales, ni tampoco algunos temas como seguridad, salud, violencia, educación, agua, entre otros.

Y es que la promoción con el ánimo de inyectar vitalidad a la participación ciudadana para que participe activamente en el proceso y jornada electoral, no equivale a mal usar ni a jóvenes primerizos, mujeres y/o temas de alto interés para toda la población.

Es hoy y ahora el momento para que la participación ciudadana deje de ser simple observadora y pase a convertirse en actores de cambios y transformaciones del diario acontecer, pues no se vale después quejarse o lamentar que los grandes temas se dejan de atender y además, resolver por nuestras autoridades.

La sombra de lo que hagamos o dejemos de hacer este 2 de junio nos puede perseguir seis años más como del año 2018 al 2024. Y así pues, creo que todos los jóvenes y las mujeres – pilares de esta contienda junto con el abstencionismo e indecisos – tienen en sus manos y el dedo elector, así como, en su plena conciencia y corazón, la mayor decisión para libremente y sin coacción alguna elegir a todos nuestros gobernantes, y será vital pensar en el presente y futuro de México.

De ahí la necesidad que todos los candidatos y candidatas, junto con las autoridades en materia electoral y el universo sufragante, armonicen temas y conciencia, evitando llevar al terreno rehén a los conceptos; “temática y electores” (mujeres y jóvenes).

DE SOBREMESA

El resultado con conciencia nos debe mantener atentos, pues elegiremos a un gobierno cuyos resultados repercutirá en nuestra calidad de vida (salud), en la creación de oportunidades laborales, y en la generación de opciones educativas, mejor o mayor inseguridad y violencia, entre otros temas de interés común. Y es que México debe saber caminar y cruzar la línea fronteriza, y pasar de jóvenes que ni estudian ni trabajan, a jóvenes que estudian, trabajan, participan y se interesan en los asuntos públicos, y no dejar solo en las manos de los partidos su devenir, pues con vigor y solidez el futuro se construye desde el presente ahora, y entre todos.

UN CAFÉ CON DOBLE CARGA 

La responsabilidad para esta elección histórica tiene al menos dos vertientes: candidatos (as) y autoridades electorales, y los votantes – mujeres y hombres jóvenes, así como mujeres en su conjunto – y todos deben evitar ser rehenes de los tiempos y las circunstancias de la época.

Y en ese sentido,- insisto- todos debemos impulsar el voto libre, razonado y transparente.

UN LECHERO LIGHT

Nadie de los candidatos (as) tienen derecho a ocupar de rehén a electores como tampoco el sector gobierno a programas sociales y menos chantajear a los sufragantes, pues así no es como se combate, abate y acaba con la corrupción, de ahí que el diálogo social y político no sea entre sordos.

UNA CHEVE DEL MEDIO DÍA 

Y pues en Veracruz, ya todos los caballos y yeguas – entre pura sangre y otros de menor calidad – los jinetes y las yóquey, están en sus carriles en este deporte espectáculo de la política, y esperando que todos compitan en igualdad.

¡ ES CUANTO !

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