José Luis Enríquez Ambell

Quienes han venido haciendo carrera diplomática en el concierto de la política exterior de México aceptan —sin socializarlo— que en los últimos tiempos cambió la fortaleza de esa actividad que fue durante décadas casi única y exclusiva para el linaje de algunas familias.

Desde el presidente Fox, pasando por los presidentes Calderón, Peña Nieto y López Obrador, se observa una especie de estrategia política por encima de lo diplomático en cuanto a las propuestas y designaciones de embajadores, cónsules y agregados en las representaciones territoriales de nuestro país en el mundo.

Este viraje es un desafío ante una creciente ola de inestabilidad en varias naciones, donde representar a México no es una cuestión de orden partidista o movilización electoral, y que reviste un análisis puntual en la búsqueda de que las designaciones resulten opciones en favor de las mejores relaciones para todos los mexicanos.

La ampliación de la base social entre militantes y simpatizantes de Morena es de gran importancia y eso está —creo— llevando a ofrecer a las gobernadoras y gobernadores salientes ser propuestos a la sanción favorable en el Senado de la República y solicitar el beneplácito de los países a donde la Jefa del Poder Ejecutivo, Doña Claudia Sheinbaum, les busque promover en su estancia pública.

Este mecanismo funcionó para la reforma a la Guardia Nacional, y permitió que el Ejército y la Marina continuaran en funciones de seguridad pública hasta 2028. Muy probablemente, se repita en negociaciones como la reforma electoral u otros asuntos.

La idea —hay que reconocerla— de ir debilitando a la oposición a Morena en todos los sentidos incluye ocupar al servicio exterior para tales efectos en todo lo posible.

En próximos días se dice que empieza la tramitología en favor de Alfredo del Mazo —exgobernador del Estado de México— quien podría ir de embajador a la Gran Bretaña.

Hace algunos años Felipe Calderón le ofreció al exsenador y exdiputado federal y local Gerardo Buganza una de las subsecretarías de Relaciones Exteriores a cambio de declinar como candidato al gobierno de Veracruz; el cordobés no aceptó, siendo canciller Patricia Espinosa Cantellano, mujer diplomática de carrera.

Los tiempos han cambiado en torno a las negociaciones políticas relativas al servicio exterior mexicano, y hasta ahora el método viene funcionando con el estilo de Don Andrés Manuel López Obrador.

Están los casos de la exgobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, como cónsul en Barcelona; el exgobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, embajador en España; Carlos Aysa, quien fue gobernador de Campeche y ahora es embajador en República Dominicana; de Quintana Roo, Carlos Joaquín González es embajador en Canadá; y Omar Fayad, exmandatario en el estado de Hidalgo, es embajador en Noruega.

DE SOBREMESA

El diplomático de carrera y político Don Gonzalo Martínez Corbalá —hombre de izquierda— decía que ser convocado al servicio exterior es una distinción presidencial a la que nadie debe resistirse, pues no todos los días hay premios donde la experiencia y capacidades amplían el horizonte.

UN CAFÉ LECHERO LIGHT

Los políticos están relevando a los diplomáticos de carrera. Tienen la responsabilidad de aprender bien y pronto, pues México necesita de sus talentos, y quienes sean propuestos y avalados para el servicio exterior, se les pide no hacer quedar mal a México en ese plano de las instituciones. Es posible que haya más veracruzanos que sigan recibiendo esa oportunidad en el futuro no lejano.

UN CAFÉ CON DOBLE CARGA

El nombramiento de Lucero Alegría Juárez en relevo de Rafael Caballero Verdejo en la Contraloría Interna de la Fiscalía General del Estado, además del acta de entrega-recepción entre ambos, será el inicio de otros relevos en el engranaje de la Procuración de Justicia en Veracruz.

UN CAFÉ CON PILONCILLO

En unas horas estará en nuestra tierra la Presidenta Sheinbaum. Se esperan anuncios de interés.

¡ES CUANTO!

enriquezambell@gmail.com;

enamjl62@gmail.com

Publicidad