José Luis Enríquez Ambell

“Los permisos y la venta de pirotecnia en todo lo relativo al mes patrio” —también en Navidad— resultan asuntos ligados al entorno del Grito de Independencia, como la presencia y consumo del pozole, tamales, chiles rellenos, chiles en nogada, plátanos fritos y frijoles charros, entre otros platillos regionales de la gastronomía mexicana.

Así pues, en el comercio formal e informal, con riesgos mayores o menores, la venta y comercialización de cohetes y pirotecnia, e incluso otras novedades explosivas, ya se empiezan a dejar ver y oír en algunas calles y zonas de las localidades de nuestro querido estado de Veracruz.

En alguna ocasión, conversando con amigos de la SEDENA —en razón de trabajo en la logística y protocolo institucional—, me orientaron sobre el control del universo de la pirotecnia, que además de resultar un mundo de subsistencia para las familias locales y de fuera del estado, implica también comunidades sociales que a eso se dedican todo el año. Sin embargo, esta actividad conlleva riesgos para la salud y la vida humana, y lamentablemente se conocen varios casos en este sentido.

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De ahí que todas las áreas de todos los ayuntamientos veracruzanos deben estar alertas. Corresponde a los segmentos para el desarrollo económico, el comercio, los espectáculos, la seguridad pública, la tesorería —ingresos— y protección civil, además de otras instancias del gobierno estatal y federal, instrumentar tareas de prevención y control normativo en términos de atención y cuidado. Estas actividades requieren en todo momento la capacitación del personal del servicio público que atiende dichas acciones.

Y es que todos los comerciantes del ramo que obtienen permisos y autorizaciones, o no, para la venta de cohetes, explosivos, pirotecnia y artículos similares, de no tener control, pueden generar explosiones con posibles daños a la salud a niveles insospechados.

La obligación primaria recae en todos los ayuntamientos en términos de permisos, previa revisión, para la venta de pirotecnia en conjunto, y para lo cual la normatividad indica coordinarse con la SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional) y, al mismo tiempo, con Protección Civil para evitar riesgos de explosión. Datos de la Cruz Roja, IMSS, ISSSTE, entre algunas instancias de salud, indican que mayoritariamente son los niños, a veces muy menores de edad, quienes sufren las mayores consecuencias por el uso de cohetes y pirotecnia. Los adultos son, por tanto, responsables desde el hogar y la familia.

“En festividades patronales como el Día de la Cruz o Día del Albañil (3 de mayo), en las peregrinaciones (12 de diciembre o similares) e incluso en las posadas navideñas, la alerta y recomendaciones de nuestras autoridades giran en torno a evitar emergencias y urgencias con mayores consecuencias”.

El material explosivo que llega a casi todo Veracruz por estas fechas y otros festejos del año proviene del Estado de México y Puebla, “y desde su traslado hasta las bodegas y uso, son un alto riesgo para la población” —sean o no usuarios—, lo que incrementa los riesgos, pero también lleva a “responsables”. De ahí la importancia de la prevención, que todos —creo— debemos tener presente.

DE SOBREMESA

Este mes también hay pirotecnia política en torno a la reforma judicial.

De acuerdo con el calendario de la agenda legislativa del H. Congreso de la Unión, durante la etapa restante del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, sus reformas propuestas parecen avanzar de la cámara de origen (San Lázaro) a la cámara revisora (Senado de la República), en particular la referida a la reforma del Poder Judicial.

UN CAFÉ LECHERO LIGHT

En fechas venideras, los congresos de los estados de la República igualmente estarán en el centro de atención, ya que las reformas constitucionales serán motivo de noticias de ocho columnas, como dirían los que saben de periodismo y comunicación, debido a los hechos que suceden y hacen historia.

Así pues, diría don Ángel José Trinidad Ferreira Saldívar (QEPD), comunicador de la vida nacional, alvaradeño y distinguido veracruzano, en el cierre de su recordada columna “Frentes Políticos”, donde solía terminar con la frase “y si no, al tiempo”. Lo recuerdo a unos días de su segundo aniversario luctuoso y aprovecho para transmitir un abrazo a su familia, en especial a sus hijos: Ángel y Emilio.

¡ES CUANTO!

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