Salvador Muñoz

Más allá de las elecciones… más allá de las urnas… más allá de los votos… más allá de las preferencias de unos y de otros… yo tengo esta duda:

El presidente López Obrador estará dispuesto a perder no sólo dos de sus bastiones más importantes en el sureste de México, sino sentimentalmente, los emblemas de su “cuna y lucha democrática” como son Tabasco y Veracruz… es pregunta.

Basta recordar que en su natal Tabasco, inició algo que llamó el Éxodo por la Democracia… pudiéramos decir que esa marcha que inició en el Edén, pasó por Veracruz, Puebla, Tlaxcala hasta llegar a la Ciudad de México, fue el primer gran paso que dio la Izquierda de México contra el cacicazgo de toda índole imaginable dentro de lo político, que mantenía el partido en el Poder…

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Ya ni se diga de lo que representa Veracruz para el Presidente que se dice “Choco-Jarocho”, pues su padre era vecino de Nopaltepec… Imaginen esa tierra prodigiosa que ya le dio a Veracruz un Gobernador y hasta un Presidente!

Ante estos dos panoramas, parafraseo mi pregunta inicial: ¿Qué sentiría el Presidente si perdiera estos dos Estados que representan mucho para él?

En el caso de Tabasco, de acuerdo a los sondeos, tendencias y encuestas, Javier May parece encaminar el triunfo para Morena…

En el caso de Veracruz, el mismo hecho de que la candidata a la Presidencia Claudia Sheinbaum, venga al cierre de la candidata a la Gubernatura, aquí en Xalapa, expone Preocupación… al menos en estas dos damas… ¿Y en el Presidente?

Hace días escribíamos que lo que (ahora, parafraseando a Sheinbaum) parecía ser un mero trámite, se convirtió en una verdadera contienda por la Gubernatura, al menos entre dos de los candidatos: Nahle y Pepe.

El que gane Nahle no genera sorpresa aun con el pésimo trabajo que por seis años arrastra Cuitláhuac García o por la estrategia o anti-campaña electoral que se tejió en torno a Rocío Nahle; precisa, de cirujano, de francotirador, por parte de la Oposición… al final se pudiera decir que en Morena arrastraron el lápiz y simplemente aguantaron vara porque los números les daban para ganar…

Todo lo contrario si gana Pepe Yunes, porque de un modo u otro, volvería a darle a Veracruz ese realce político que en sus mejores momentos, tuvo con políticos de la altura de Adolfo Ruiz Cortines, Reyes Heroles y Hernández Ochoa, por citar algunos, ah, pero con un plus interesante: un triunfo a contracorriente, al tú por tú con el poder, como oposición, y más interesante: arrebatándole al Presidente López Obrador una de las joyas de su corona, bastión de su poder…

Nahle como Gobernadora, correría el riesgo de ser una más del montón…

Pepe como Gobernador, sus bonos subirían como espuma por las condiciones en que se enfrentaría ante dos escenarios: si gana Xóchitl, sería uno de los Gobernadores referentes con eco en el Altiplano; si gana Sheinbaum, sería uno de los Gobernadores referentes con eco en el Altiplano si se sabe administrar políticamente hablando, y la Presidenta sepa hacer política…

El escenario para Nahle o para Pepe, sí, está en los votos, en las urnas, en una elección… aunque yo no descartaría el factor hecho pregunta a AMLO: Qué tanto está dispuesto a perder Veracruz…

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