Boris González Ceja

¿Alguna vez has escuchado hablar de la palabra Distimia? Cada día más jóvenes hablan con términos técnicos de psicología, y recientemente se puso de moda la distimia, sobre todo en la adolescencia, que se refiere a un trastorno del estado de ánimo crónico (enfermedad de larga duración) y de menor intensidad que la depresión mayor, pero que puede tener un impacto significativo en la vida diaria y el bienestar emocional de los jóvenes, generando un desgaste personal, familiar y económico significativo. 

A menudo, la distimia en adolescentes se caracteriza por una persistente sensación de tristeza, irritabilidad, desesperanza y falta de interés en actividades que antes disfrutaban. Estos síntomas suelen estar presentes la mayor parte del día, la mayoría de los días, durante al menos un año.

La distimia en la adolescencia puede ser especialmente desafiante debido a los cambios físicos, emocionales y sociales que experimentan los jóvenes durante esta etapa de la vida. Los adolescentes con distimia pueden tener dificultades para concentrarse en la escuela, experimentar problemas en las relaciones con sus familiares y amigos, y tener un bajo rendimiento académico.

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Los síntomas de la distimia en los adolescentes a veces suelen ser confundidos con el comportamiento “normal” de la adolescencia, lo que dificulta el diagnóstico temprano y la intervención adecuada. Los padres, educadores y profesionales de la salud deben estar atentos a los signos de distimia en los adolescentes, como cambios en el apetito o el peso, dificultades para dormir, fatiga, baja autoestima, irritabilidad sin sentido y pensamientos de suicidio.

Es normal que los adolescentes experimenten altibajos en su estado de ánimo, especialmente debido a los cambios emocionales y hormonales propios de esta etapa de la vida, donde observamos esa tristeza pueril del adolescente de manera cotidiana, hasta que no vemos otra cosa, tristemente. 

¿Qué causa la distimia? La distimia en la adolescencia puede tener diversas causas que se entrelazan, incluyendo factores psicológicos, hormonales y ambientales. Por ejemplo, los adolescentes con antecedentes familiares de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar distimia. Además, los desafíos propios de la adolescencia, como los cambios hormonales, la presión académica y la búsqueda de identidad, pueden contribuir a su desarrollo. El estrés crónico, eventos traumáticos y la falta de apoyo social también pueden jugar un papel importante en su aparición.

El tratamiento de la distimia en la adolescencia suele implicar una combinación de psicoterapia y, en algunos casos, medicamentos antidepresivos. Las distintas psicoterapias han mostrado ser especialmente beneficiosas para ayudar a los adolescentes a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos que contribuyen a la distimia. En ciertos casos los antidepresivos pueden ser recetados por un especialista para ayudar a aliviar los síntomas.

¿Cómo ayudo a mi hijo si me doy cuenta de que tiene distimia? Si crees que tu hijo o hija adolescente podría estar experimentando distimia, es crucial que busques ayuda profesional para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento individualizado. Además, aquí te doy algunas sugerencias que podrían ayudarle a sentirse mejor:

  • Habla con tu hijo o hija de manera abierta y comprensiva. Anímale a expresar lo que siente y escúchale sin juzgar. Hazle saber que siempre puedes apoyarle.
  • Ayuda a tu hijo o hija a crear un entorno social positivo. Motívale a participar en actividades que le gusten y donde pueda hacer amigos. Tener una red de apoyo puede mejorar mucho su bienestar emocional.
  • Busca orientación profesional con psicólogos que conozcan de psicopatología y con experiencia en adolescencia. 

Tener paciencia y mostrar comprensión es clave. La distimia puede durar mucho tiempo y la recuperación lleva su proceso. Así que, mantén la calma con tu hijo(a) y apóyalo(a) en los altibajos emocionales que pueda experimentar. Bríndale tu apoyo incondicional y demuestra empatía durante su tratamiento.

Causas y azares…

  • El fracaso de la estrategia de seguridad en el municipio es un problema que requiere revisarse en las urnas: con muertos todos los días no podemos por política, y no debemos por humanidad, seguir permitiendo gobernantes abusivos ni corruptos vulgares.  
  • Estamos a 15 días de las elecciones, y aun esperamos a que los Diputados que se comprometan a realizar un trabajo real de Salud Mental, destinando los recursos que se tienen en la Cámara de Diputados para hacer leyes y que no se lo roben o desvíen. 
  • Me honra que el consejo de ciencia nos otorgó un proyecto de investigación para conocer de qué se enferman en nuestro Estado, por lo que esperamos compartir con ustedes nuestros cuestionarios y tener información directa sobre salud mental y psicología. 

Hasta la próxima, que para Dios todas las personas son únicas.  

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