Impulsar el cambio climático en México para 2030 requiere actualizar el modelo de transición, así como identificar los riesgos y brechas existentes para abordarlo de una manera más seria, profunda y crítica, coincidieron expertos ambientalistas.

Así lo indicó Marcela Jaramillo, asociada senior de 2050 Pathways Platform en el taller “Visualizando el camino hacia Emisiones Netas Cero 2050 para México” de la Iniciativa Climática de México (ICM), quien recordó que los compromisos mexicanos con la transición energética se inscribieron desde 2016 en la Conferencia de las Partes (COP) de las Naciones Unidas.

Sin embargo, lamentó que la estrategia no ha sido actualizada y tampoco incluye los más recientes acuerdos sobre una meta de emisiones de gases de efecto invernadero cero.

La especialista destacó que una hoja de ruta para el cambio climático debe actualizarse de manera periódica, a fin de que no “sea un elemento que se hace una vez y se queda estático”.

En este sentido, Jaramillo sostuvo que deben de permitir que se incorpore “la mejor ciencia y la mejor información que vayamos obteniendo para poder tener una toma de decisión informada en el tiempo”.

El Gobierno mexicano asumió desde 2015 una meta de mayor uso de plantas renovables y limpias con la publicación de su Ley de Transición Energética, así como en el Acuerdo de París, con el objetivo de que para 2024 el 35 por ciento de su matriz energética provenga de fuentes verdes.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha retomado el discurso en medio de políticas controvertidas por restar operación y participación a las empresas privadas que lideran el sector de fuentes renovables en el país, lo que amenazó con abrir un panel de disputas bajo el Tratado comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

De acuerdo con una publicación de 2022 del documento rector de política energética del país, la Secretaría de Energía mexicana previó que esta meta se alcance hasta 2031; aunque después corrigió en un comunicado que se cumplirán estos compromisos sin retrasos.

Aparte, el director de Política Climática y fundador de ICM, Jorge Villarreal, señaló que para poder trazar esta hoja de ruta “necesitamos también identificar los riesgos y las brechas existentes para dar paso a esta discusión de una manera más seria, más profunda y crítica”.

Abundó que son procesos paulatinos y progresivos en los que se tienen que abordar el cómo reducir el calentamiento global a un mínimo de 1,5 grados centígrados con un enfoque actual, real y crítico.

Villarreal también vio necesario avanzar y cumplir con la tarea de generar las condiciones para poder reducir las emisiones y posicionar un modelo de emisiones netas cero.

“Una reflexión profunda, basada en ciencia, en técnica, pero también con creatividad, sobre qué implicaría un mundo descarbonizado al 2050, cuál sería el perfil de Latinoamérica y México”, cuestionó.

En este sentido, el fundador de ICM afirmó necesario replantear y cuestionar los actuales sistemas económicos, de consumo, energético, agroalimentario, con base en una perspectiva de justicia, equidad y que además sea representativa.

“¿Nos alcanzan los modelos, las instituciones gubernamentales, las estructuras actuales del gobierno o los modelos de representatividad política para poder hacer este cambio transformacional tan drástico?”, inquirió.

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