Sumido en el pasado, bajo un discurso monótono, sin decir nada nuevo con relevancia para el futuro de México, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ahora se lanzó en contra de los exmandatarios Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, al asegurar que ya fueron juzgados y castigados por el pueblo, debido a su mal proceder y afirmó que son gente que está manchada.

“Yo sostengo que ya han sido castigados. El pueblo ya los juzgó, hay gente que está manchada. El caso de Zedillo, pues (…) convertir deudas privadas en deuda pública, es un acto de traición al pueblo de México. ¿Cómo rescatar a banqueros y a grandes empresarios y trasladar el costo de ese rescate a todo el pueblo? Porque ese rescate se paga con impuesto público”. 

Con evidente resentimiento, López Obrador dijo de Calderón: “Imagínense que se roban la presidencia y luego declara la guerra al narcotráfico y resulta que su hombre fuerte, su brazo derecho, era el encargado de proteger a la delincuencia organizada, en Sinaloa, el cártel de Sinaloa y por eso está preso. ¿Qué más juicio? Claro, ya la gente los tiene muy bien identificados, ya han recibido ese castigo, por su mal proceder”, afirmó en conferencia matutina.

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La conferencia mañanera de López Obrador sólo han servido para cultivar el culto a la personalidad del presidente, para encubrir los actos de corrupción en su gobierno, de familiares y aliados a su proyecto y para descalificar y juzgar (sin pruebas) a todas aquellas personas que difieren de sus políticas públicas, además de ser la actividad más importante del ejecutivo federal en el día, según reveló un informe de Guacamaya Leaks.

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