No es práctica del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dedicar su agenda política a las relaciones exteriores, pero la semana anterior fue la excepción. Fue de gira a Centroamérica y el Caribe. Visitó Guatemala, El Salvador, Honduras y Belice. En estas naciones hizo la promoción de sus programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y otros que le han sido útiles para la dispersión de recursos entre la población, con propósitos clientelares.

En Guatemala reprochó a los Estados Unidos que con prontitud aprobaron un presupuesto por 40 mil millones de dólares para auxiliar a Ucrania por la invasión de Rusia y recordó que hace cuatro años propuso que se apoyará a Centroamérica con cuatro mil millones para impulsar medidas que inhiban la migración y la respuesta ha sido nula.

En el Salvador, Honduras y Guatemala se analizaron las causas de los problemas migratorios que presionan las fronteras de México y Estados Unidos y de seguridad, lo que explicaría la presencia en la comitiva de los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval y Marina, José Rafael Ojeda.

Anuncios

En su visita a Belice el presidente López Obrador destacó temas económicos, como la eliminación de aranceles para beneficio de los productos agrícolas y alimentos básicos de ese país; asimismo se contempló la posibilidad de extender el Tren Maya para apoyar su incorporación regional y desarrollo turístico.

Te puede interesar: Veracruz sangriento: asesinan a dos periodistas en Cosoleacaque

La gira del presidente López Obrador terminó en Cuba. Como en los otros países, se firmaron acuerdos. Destaca el propósito de fortalecer relaciones en materia sanitaria, en particular para combatir el covid-19, la compra de vacunas destinadas a la infancia y la contratación de 500 médicos para que laboren en zonas remotas de México, a las que no acuden los médicos mexicanos.

La presencia de López Obrador en Cuba fue la oportunidad para que se expresara un discurso político ideológico, ausente en los otros países. Los manejos simbólicos y discursivos incluyeron la condecoración José Martí que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, otorgó al presidente López Obrador, que en su discurso de agradecimiento se comprometió a hablar con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para que sean incluidos en la Cumbre de las Américas, Cuba, Nicaragua, y Venezuela, que se celebrará en Los Ángeles entre el 8 y 10 de junio.

En su última conversación con el presidente Biden, López Obrador le planteó que fueran invitados a la cumbre estos países, la respuesta del presidente de Estados Unidos fue el silencio y posteriormente, por vías diplomáticas, fijo su postura de no invitarlos a la Cumbre.

En Cuba, el presidente López Obrador, manifestó que las autoridades de cada país deben ser las que decidan “libremente” si asisten o no a la Cumbre de las Américas y afirmó que continuará “insistiendo para buscar, como primer paso, que Estados Unidos levante el bloqueo” a Cuba lo que, a su juicio, reiniciaría la cooperación y amistad entre ambos países.

Los contenidos ideológicos en el discurso de López Obrador se expresaron con sus frases de admiración a la figura de Fidel Castro, su aseveración de que nunca apostó ni apostaría por “el fracaso de la revolución cubana y nunca apoyaría a golpistas que conspiran”.

En un intento retórico de exportar su 4T, López Obrador comentó que la revolución debe ser capaz de renovarse: “tengo convicción, la fe de que en Cuba están haciendo las cosas con ese propósito, de que se haga la nueva Revolución en la Revolución. Es la segunda gran enseñanza, la segunda gran lección de Cuba para el mundo, este pueblo volverá a demostrar que la razón es más poderosa que la fuerza”.

La gira regional de López Obrador puede interpretarse como el intento por recuperar un liderazgo, por la vía de las concesiones y apoyos que son útiles a esos países, pero sobre todo para México y Estados Unidos.

Los contenidos ideológicos de López Obrador en Cuba no parecen relevantes en el contexto regional en el que la crisis mundial generada por la pandemia del covid_19, la invasión de Rusia a Ucrania y la todavía distante posibilidad del resurgimiento de la guerra fría, del siglo pasado.

La trama del menosprecio se percibe en la no atención del gobierno de los Estados Unidos a las demandas del presidente mexicano que, aparentemente, considera que su “influencia regional” le permitirá negociar ante los Estados Unidos, en los temas de migración y seguridad, lo que parece distante en la relación de dependencia que México tiene con Estados Unidos en temas políticos, económicos, sociales y demás.

La presencia de López Obrador en Centroamérica y el Caribe podría interpretarse como un desafío hacia los intereses políticos del presidente Biden, su respuesta la conoceremos en un mes en la Cumbre de las Américas. La hegemonía y dominio de los Estados Unidos en el continente es real. El aislamiento de Cuba es un recordatorio de lo que podría pasar a los discrepantes. No hay error, la gira fue para hacer propaganda. Es lo que hace cada día.

Publicidad