El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este jueves que el país no entrará en recesión en 2023, como prevén los analistas que ocurra con las principales economías del mundo, como la de Estados Unidos, su principal socio comercial.
“En México no, nosotros no vamos a tener problemas, ya enfrentamos lo más difícil, lo más doloroso, el daño que causó la pandemia. Y esto lo vamos a ir enfrentando, inflación buscando que no se pierda poder de compra, poder adquisitivo en las familias”, dijo el mandatario desde Palacio Nacional.
“Basta ver cómo estamos a nivel mundial, pero se cayó la economía como no había sucedido en 70 años. Ahora con la guerra en Ucrania, lo mismo, una inflación galopante en todo el mundo. Entonces sí es una crisis de la política-económica mundial, pero no quieren revisarla, se aferran a lo mismo”, aseguró el mandatario.
La inflación en el país aumentó un 0.45% al cierre de la primera quincena de julio con respecto a la previa. Con ello, se ubica en 8.16%, informó el pasado 22 de julio el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En su comparativo anual, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicaba en 5.75% en el mismo periodo del año pasado, mientras que el aumento quincenal fue de 0.37%.
El alza fue mayor a la estimada por los analistas, quienes esperaban un aumento de 0.39%. Este nivel de inflación a tasa anual no se había visto desde la primera quincena de enero de 2001.
La economía estadounidense se redujo entre abril y junio por segundo trimestre consecutivo, con una contracción del 0.9% anual, elevando los temores de una recesión inminente, informó el Departamento de Comercio este jueves.
Esta caída del Producto Interno Bruto —la medida más amplia de la economía— siguió a la contracción de 1.6% anual en el primer trimestre del año. La caída del PIB en dos trimestres consecutivos constituye un indicador informal, aunque no definitivo, de recesión.
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El informe aparece en un momento crucial. Consumidores y empresas padecen los efectos de una fuerte inflación y el encarecimiento del crédito.
El miércoles, la Reserva Federal aumentó su tasa de interés referente en tres cuartos de punto por segunda vez consecutiva para tratar de contener la inflación más alta de las últimas cuatro décadas.
La Fed intenta lograr un muy dificultoso “aterrizaje suave”: un freno a la economía que logre contener el aumento desenfrenado de los precios sin provocar una recesión.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, y muchos economistas dijo que, si bien la economía se debilita, no ha caído en una recesión. Apuntan en particular al robusto mercado laboral, con 11 millones de ofertas de empleo y una tasa de desempleo insólitamente baja de 3.6%, para insinuar que la recesión, si viene, aún es un hecho lejano.