Andrés Manuel López Obrador logró ser presidente de México luego de 18 años de permanente campaña política por toda la república. Durante ese tiempo se convirtió en el mejor y más fuerte opositor en las administraciones de Vicente Fox (PAN), Felipe Calderón (PAN) y Enrique Peña (PRI). 

Con el mínimo pretexto salía a criticar las políticas públicas de esos gobiernos y para todo tenía una “solución”. La mayoría de los medios de comunicación difundían sus señalamientos y López Obrador ocupaba las ‘benditas redes’ para difundir sus dichos. Llenaba las plazas públicas del país con su discurso de honestidad y de lucha contra la corrupción gubernamental.

Su más grande anhelo político era ser presidente de México y el 1 de diciembre de 2018 alcanzó su sueño. Dos días después de haber sido investido como titular del Poder Ejecutivo López Obrador dio su primera conferencia “mañanera”. Según él, era una nueva forma de comunicación “circular, abierta, inédita” con los medios de comunicación y con la sociedad.

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A cuatro años de ese “ejercicio democrático”, como lo quiere hacer ver AMLO y sus seguidores, “la mañanera”’ se ha desplomado en audiencia, según reporta un análisis de SPIN Taller de Comunicación Política, dirigido por Luis Estrada. Menos del 1% de los seguidores del mandatario en Facebook ven la conferencia matutina, en la que según su página oficial tiene 10 millones de partidarios.

Tras conocerse esas cifras, los afines, militantes y seguidores a López Obrador han sido aleccionados para difundir en Twitter la campaña #LaMañaneraNoSeToca con el fin de resaltar que ese espacio es importante para la información de la población. Sin embargo, la realidad es que “la mañanera” se ha convertido en un lugar donde se desacredita y se ataca a la oposición, a los medios de comunicación y a los periodistas.

A pesar de que el desinterés por “la mañanera” crece día con día, el presidente de México asegura que es una transmisión que llega a millones de hogares. Pero de acuerdo con la empresa SPIN “Menos del 5% de los seguidores del presidente ven estas conferencias, y el promedio de vistas del mes pasado fue de apenas 100,000, lo que representa menos del 1%”, comparte su director general.

Durante el transcurso del lopezobradorismo es evidente que ‘la mañanera’ es un instrumento de propaganda política, culto a la personalidad para AMLO y una forma de gobierno en la que se acredita o desacredita lo que desea el mandatario federal.

Sin embargo, los ejes temáticos y narrativos que ha usado López Obrador en el ocaso de su gobierno son arena movediza para su proyecto de transformación, ante la falta de resultados en seguridad, salud, corrupción, economía, empleo, migración principalmente.

El impacto de AMLO en las mentes y los hogares de los mexicanos va en caída libre, aunque hoy haya dicho desde Chiapas, en su clásico tono de ‘víctima’, que los conservadores quieren prohibir su conferencia matutina diaria porque son “intolerantes”.

Para la organización Artículo 19 en el informe “Desinformación oficial y comunicación social” la conferencia de prensa diaria y la política de comunicación del presidente son instrumentos de desinformación, además de que no sirven para garantizar la libertad de expresión, concluyó.

Las acusaciones y señalamientos sin una base por parte de una figura tan relevante como el presidente, dice el reporte, crean un ambiente de desinformación.

Estados Unidos señaló en marzo en su informe anual sobre derechos humanos a López Obrador por desacreditar a periodistas y organizaciones de la sociedad civil en sus conferencias de prensa matutinas.

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