La comunidad jesuita de México exigió verdad y justicia a seis meses del asesinato de los sacerdotes Joaquín Mora y Javier Campos, ultimados el pasado 30 de junio al interior de la parroquia de Cerocahui, en el estado de Chihuahua (noroeste de México).

En un comunicado, los religiosos condenaron la “vergonzosa impunidad” en el caso de los sacerdotes Mora y Campos, así como en el crimen del guía de turistas Pedro Palma y de Paul Osvaldo Berelleza, asesinados también en Cerocahui, en el municipio de Urique. 

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 “Hacemos un llamado a las autoridades para que se revise la estrategia de seguridad pública de la región y se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar todos los derechos de las víctimas, pues continúan los asesinatos, las extorsiones, la tala clandestina y los desplazamientos forzados en la Sierra Tarahumara”, expresaron los jesuitas. 

En el texto, la orden religiosa agregó que la Sierra Tarahumara “atraviesa desde hace muchos años por una situación de violencia que no ha sido atendida de forma adecuada por las autoridades”. 

Principal sospechoso

A seis meses de los cuatro homicidios, el Gobierno mexicano continúa en la búsqueda del presunto responsable de los crímenes, un narcotraficante local llamado José Noriel Portillo Gil, conocido con el alias ‘El Chueco’. 

En el marco del operativo para capturar a ‘El Chueco’, el Gobierno mexicano ha detenido a 31 integrantes de dicha célula criminal, según informó el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, en conferencia el pasado 10 de noviembre. 

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