Este lunes 21 de marzo, por fin, fue inaugurado el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en Santa Lucía, Estado de México, una de las obras insignia del proyecto de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con la entrada en operación de los vuelos se abre una nueva era en el transporte aéreo mexicano con esta nueva terminal aérea, la cual desde antes de su inicio de construcción ya estaba envuelta en polémicas.

Desde los antecedentes del proyecto original que iba a ser el nuevo aeropuerto que ayudaría a desahogar la saturación del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hasta las dificultades para llegar a Santa Lucía, entre otras situaciones, enumeran las controversias.

Doble gasto

Una de las banderas de López Obrador en campaña fue consultar a los ciudadanos sobre continuar o no la construcción el aeropuerto en los terrenos del antiguo Lago de Texcoco.

Tras la consulta, los ciudadanos votaron por detener la construcción iniciada por Enrique Peña Nieto, la cual ya tenía 30 por ciento de avance. Ante esto, el Gobierno de la 4T comenzó con el proyecto de la terminal aérea en Santa Lucía.

La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) le costó al erario más de 331 mil 996 millones de pesos, una cantidad que le hubiera permitido al Gobierno construir 4 aeropuertos como el de Santa Lucía, que tuvo una inversión de 75 mil millones de pesos, de acuerdo con el Gobierno Federal.
Los caminos al AIFA

Ubicado en el municipio de Zumpango, Estado de México, y en las inmediaciones de otras entidades mexiquenses de alto flujo vehicular diario, como Tecámac y Ecatepec, la duda sobre los tiempos para llegar desde la CDMX al AIFA permanece.

Aunque el gobierno ha presentado opciones de traslado, a través de autobuses y transporte público, además de la propuesta de taxis aéreos, a la conectividad le falta el Tren Suburbano, el cual, según el mandatario mexicano, reducirá 45 minutos el tiempo de traslado al AIFA.

Para movilizarse en auto, el AIFA está en las cercanías del Circuito Exterior Mexiquense, así como de la Autopista México – Pachuca, y de la carretera libre de la misma ruta, las cuales presentaban obras a marchas forzadas para estar terminadas antes de la inauguración. Asimismo, este lunes el general de Brigada, Ricardo Vallejo Suárez, informó de una carretera libre de peaje a través del municipio de Tonanitla.

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¿Qué tanto va a desahogar?

Ante la saturación del actual aeropuerto, Santa Lucía se presentó como la mejor opción; sin embargo, en su primera etapa, contemplada para 2036, podrá mover a 19.5 millones de pasajeros, de acuerdo con el programa institucional de la empresa estatal mayoritaria AIFA.

De momento, las operaciones en la terminal Felipe Ángeles contempla solo a cuatro aerolíneas, una sola internacional, de Venezuela, aunque se sumarán Copa Airlines y Delta Airlines con vuelos hacia Estados Unidos, a partir de la segunda mitad de este año.

El plan original señala que para 2050 el AIFA estará completamente consolidado, con la posibilidad de mover hasta 85 millones de pasajeros, pero para este año inaugural, la cifra será apenas de 2.4 millones de pasajeros.

Responsabilidad militar

EL Presidente López Obrador entregó la construcción del AIFA a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ante la desconfianza hacia los civiles por temas de corrupción.

No obstante, la empresa que administra el ejército mexicano pidió una prórroga de 10 días para entregar documentos de costos, cuotas y el plan de inversión del aeropuerto, los cuales se cumplen el próximo 27 de marzo.

La obra se concluyó en menos de tres años, debido a los trabajos a marchas forzadas.

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Algunos otros aspectos del nuevo aeropuerto se han tomado a broma en las redes sociales, como el caso de los baños con temática de lucha libre, lo cual generó debates sobre la imagen de México ante el mundo sobre una de las actividades más características de la cultura nacional.

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En la inauguración de la obra que resaltan sobremanera los seguidores y aplaudidores de la 4T no ha faltado la vendimia de antojitos, como las tlayudas que vendió Carmen en 35 pesos cada una.

La mujer, de 34 años, aprovechó la afluencia de visitantes y acarreados para trasladarse al “nuevo aeropuerto” y vender tlayudas.

Estuvo acompañada de su marido y sus tres hijos desde Toluca. Dijo que hay que aprovechar la inauguración para vender y “sacar un poco más”.

“Me dieron permiso y aproveché, además no me cobraron nada por ponerme aquí”, expresó a los diferentes medios de comunicación que cubrieron el evento.

La gente hizo una larga fila para comprarle, pues en esta terminal aérea no hay ningún local comercial que venda alimentos. Sólo está abierto un Starbucks que por hoy regaló café negro y una rebanada de pan, los que se terminaron en poco más de una hora.

Por momentos, Carmen y su esposo no se daban abasto para preparar las tlayudas embarradas con frijoles, nopales, queso y cebolla.

Las manos se movían rapidamente porque no sólo les pedían una, sino hasta 10 en una sola petición. Sus pequeños hijos observaban sentados cómo sus padres preparaban cada una de las tlayudas.

Aplaudidores llegaron a respaldar al presidente López Obrador.

Por su parte, Rebeca, de 57 años, salió de su casa, ubicada en la colonia Portales, alrededor de las cinco de la mañana, para estar en esta terminal aérea a las ocho. Dice que con esta vendimia quiere sacar “aunque sea para los frijoles”.

Cuenta que en días buenos vende hasta mil pesos de mercancía, pero cuando le va mal, sus ingresos se limitan entre los 200 y 300 pesos.

“Vivo sola con mi mamá de 92 años, y tengo que trabajarle duro para sacar, aunque sea para las medicinas de mi mamá y para los frijolitos”, comenta.

La mujer vende pequeñas figuras de AMLO desde hace 20 años y se va a cuanta gira realice el Presidente en la Ciudad de México o el Estado de México. “No salgo fuera, porque me implicaría mayores gastos”, dice.

¡Llévelo, llévelo! ¡Bara, Bara! Ambulantes arribaron a la remodelación del Aeropuerto Felipe Angeles.

Unos metros más adelante, se encuentra Antonio, quien vive en el Centro Histórico. Vende playeras, cuadros, pósters y pequeñas figuras a imagen del Presidente. El hombre de 50 años dice que, aunque hoy hay mucha gente conociendo el AIFA, apenas ha vendido 300 pesos.

“Llegué a las nueve de la mañana y solo he vendido 300 pesos a pesar de que hay tanta gente. Han venido familias completas a conocer el aeropuerto, pero las ventas no han sido tantas”, se lamenta.

Hasta el libro “A la mitad del camino” se expuso a la venta en los pasillos del AIFA.
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