Un grupo de obispos y empresarios hicieron un llamado a trabajar unidos, cada quien desde su vocación y su ámbito, en acciones concretas y soluciones viables para combatir la violencia que actualmente afecta a México.

“Las muertes y desapariciones de tantas personas, el impacto del crimen organizado, la migración, la extorsión, la conflictividad social y política son signos de una crisis que se sigue escribiendo en la postpandemia, que además de afectar la tranquilidad de todos, condicionan nuestro actuar como mexicanos”, advirtió la Declaración por la paz y justicia en México, suscrita por el Encuentro Nacional por la Paz y la Justicia realizado en las instalaciones de ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara. 

La Declaración fue firmada por Rogelio Cabrera López, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM); José Medina Mora Icaza, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex); Eugenio Cárdenas Zaragoza, presidente de la Confederación de las Uniones Sociales de Empresarios de México (USEM), así como José Abugaber Andonie, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), y José Héctor Tejada Shaar, presidente de (Concanaco Servytur).

Actualmente, México vive una atmósfera de desconcierto e incertidumbre, así como una descomposición del tejido social, manifestaron los obispos y empresarios.

“Los obispos y empresarios de México estamos llamados a ser promotores de paz, a caminar juntos y a ser agentes proactivos para lograr la justicia que todos anhelamos y a la que tenemos derecho”, se apuntó en el documento. 

“Hemos escuchado retos puntuales que debemos afrontar, por ejemplo, en materia de leyes; junto con ellos, hemos conocido y compartido prácticas deseables en distintas entidades del país que proponen mejorar las condiciones de seguridad, luchar contra la corrupción y garantizar el cumplimiento de los derechos”.

“Convocamos a todos los mexicanos a sumar esfuerzos para tejer redes fraternas y solidarias de acción y colaboración mutua que nos permitan restaurar la paz que necesitamos”, añaden. 

Durante el encuentro preparatorio celebrado en Guadalajara asistieron 30 obispos de distintas diócesis del país, sacerdotes, presidentes de organismos empresariales, empresarias y empresarios de diversos sectores.

Los obispos y empresarios realizarán el Diálogo Nacional por la Justicia y la Paz en México que se llevará a cabo del 21 al 23 de septiembre de 2023 en Puebla.

La paz y la justicia son dos aspectos indispensables para construir esperanza”, manifestó Alexander Zatyrka, rector del ITESO.

El académico señaló que los empresarios y la Iglesia deben encontrar puntos de convergencia desde la ética, la responsabilidad social, la búsqueda del bien común y la sostenibilidad.

Alexander Zatyrka mencionó que los trabajos deben abonar a la construcción de “un mundo más justo y equitativo; sólo así será posible construir la paz”.

Recordó que el asesinato el año pasado de los jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, así como del guía de turistas Pedro Palma, en Cerocahui, Chihuahua,

Tras la tragedia “nos comprometimos a superar el dolor con acciones que nos llevaran a la construcción de la paz sin olvidar a las víctimas”.

Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), dijo que la idea central del encuentro era el diálogo.

Compartió los sinónimos señalados por el Papa Francisco, según los cuales el diálogo es igual a “acercarse, expresarse, escuchar, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto”.

El arzobispo también dijo que “de un diálogo nunca se puede salir igual” y expresó su confianza de que, tras la jornada en el ITESO, las y los asistentes vieran reavivada la esperanza.

Destacó que la paz sólo es posible cuando todas las partes creen que las otras personas pueden aportar algo, y mencionó que, para ser posible, el diálogo debe considerar a todas las personas involucradas en la misma plataforma.

“Creer que el otro tiene algo para aportar. No depende sólo de una persona, un gobierno, un organismo, una empresa, ni siquiera de la Iglesia. Debemos aceptar los aportes de cada persona”, expresó el  arzobispo de Monterrey. 

Esta aceptación, continuó el arzobispo, debe respetar la identidad de cada uno.  “No podemos ocultar lo que somos. En la medida en que aceptamos lo que cada uno es, es que el diálogo puede ser realista”.

Francisco Cervantes Díaz, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), expresó que la realización del encuentro “refleja la necesidad de preservar la paz y la justicia en todo el país”. 

Dijo que México ha sido aquejado por una violencia que provoca angustia y dolor, que “siembra raíces que rompen con el tejido social y afectan la actividad empresarial y el comercio”. 

Calificó como valioso que obispos y empresarios se unan para construir alternativas y dijo que es necesario “construir una agenda que permita evitar la polarización y la exclusión, que fomente la tolerancia, la comprensión y el diálogo”.

Eugenio Cárdenas, presidente de la Confederación de las Uniones Sociales de Empresarios de México (USEM), señaló que es importante actuar con serenidad, valor y sabiduría.

Durante su participación proyectó un videomensaje del Papa Francisco en el que el pontífice invitó al empresariado a ser creativos. 

“Un empresario sin creatividad no es un buen empresario. Dios nos enseñó la creatividad. Crezcan en creatividad y no tengan miedo. De una crisis no se sale solo, y cuando se sale, no se sale igual”, dijo el Papa.

José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, manifestó su “confianza en que el encuentro dará fruto y abrirá cauces de esperanza”. 

Dijo que en su diócesis los obispos y los empresarios han realizado estas reuniones desde hace 26 años, constituyendo un espacio “para el diálogo, el intercambio de ideas y el compromiso” en el que se han abordado temas de la política, la vida social, la economía y otros ámbitos con la participación de especialistas que les han permitido “ahondar en las reflexiones apoyados en la Doctrina Social de la Iglesia para aterrizar las reflexiones en compromisos comunes”.

José Abugaber Andoine, presidente de Concamin, dijo que alzar la voz para acabar con la violencia significa contribuir, desde el ámbito de las respectivas competencias de cada uno, a pacificar a nuestro país.

“Es necesario hacer un alto en el camino y reflexionar sobre una nueva convivencia que genere concordia entre todos los mexicanos. Solo así podremos transitar a un país en el que la paz y la armonía sean el impulso para ser cada día mejores ciudadanos”.

José Héctor Tejada Shaar, presidente de Concanaco Servytur,  dijo que la seguridad es una condición indispensable para el crecimiento no solo del consumo interno, sino de la generación de empresas y, por ende, de la creación de riqueza.

“La seguridad es una condición necesaria para cualquier actividad y para la vida de todas las personas, una condición por la cual debemos de luchar”, resaltó.

Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, destacó que los frutos van a ser abundantes y que varias ideas pudieran quedarse en el corazón de la conciencia como la necesidad de construir confianza, aprender a ser creativos, colaborar a partir de una agenda compartida, encontrar puntos de unidad y trabajar por el bien común.

“Vale la pena que caminemos juntos con generosidad, ya que tenemos todos una estrella que nos guía: El bien común”.

Los empresarios “cuentan con nosotros y nosotros queremos contar con ustedes, unidos en lo esencial, en la búsqueda del bien común y de la paz y justicia que tanto necesitamos”, destacó el prelado.

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