• Urge a establecer una política de atención a la salud mental, ya que la paz mental es también paz social

Ciudad de México .- El nivel de descomposición social en nuestro país es alarmante, la violencia ha llegado a niveles intolerables para todas las familias de bien, el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo nos confirma la cruda realidad en la que estamos sumergidos, la narcoviolencia se ha apoderado de cada espacio, de cada rincón de nuestro país, dejando a las personas con las manos atadas, donde autoridades municipales desvían recursos destinados a la salud mental para su beneficio personal.

Sin lugar a dudas, la crudeza de la violencia tiene múltiples factores, uno de ellos, quizás el más importante, es el desdén de nuestras autoridades federales, tanto militares como civiles, que no únicamente han sido omisos en garantizar la seguridad, sino que además, pareciera que han facilitado la operación de las células criminales, fomentando la corrupción y la falta de transparencia desde los más altos niveles.

Es evidente que el gobierno de Michoacán tampoco ha estado a la altura de las circunstancias, el jefe del Ejecutivo en aquella entidad, se encuentra más preocupado por la sucesión en la gubernatura, ni qué decir de sus “corcholatas”, que han hecho un dispendio feroz de recursos, con tal de posicionarse en la imagen pública, malogrando las urgentes políticas de salud mental que requiere la entidad.

Pero también, consideramos que las familias tienen responsabilidad, al tolerar en el entorno cercano, conductas antisociales, al guardar silencio ante la descomposición de nuestro vecino, o de su propio hogar, normalizando las violencias sin actuar de manera decidida.

Es por ello que urgimos a las autoridades a establecer una verdadera política de atención a la salud mental, como una de las vías con mayor evidencia científica para pacificar al país, brindando atención a toda la población, sin simulaciones y con apoyo total de nuestras y nuestros agremiados.

Que la salud mental no sea tomada únicamente con un accesorio, o como una actividad de relleno, sino que se emprenda una verdadera cruzada en la que busquemos sanar las heridas sociales, que nos están desangrando y nos están costando demasiado.

Desde esta organización, que cuenta con 2,500 profesionales de la salud mental y voluntarios de la ONU en todo el país y en Estados Unidos, estamos dispuestos a colaborar con las autoridades, en busca del bien social.

CordialmenteCoordinación de Comunicación Social de la Asociación Mexicana de Psicología y Desarrollo Comunitario www.psicologiaydesarrollocomunitario.com

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