La Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés) identificó en el 2019 que en territorio estadunidense tenían presencian al menos seis cárteles de la droga mexicanos.
Pero, el número de organizaciones que exporta y distribuye droga en Estados Unidos ha incrementado.
De acuerdo con un documento de inteligencia del gobierno de México al que tuvo acceso Milenio, son 9 las “organizaciones criminales transnacionales” las que han establecido alianzas con bandas estadounidenses, asimismo, tienen presencia en aproximadamente 1,000 ciudades norteamericanas.
“Las actividades delictivas de estas organizaciones criminales transnacionales mexicanas se extienden mucho más allá de los pueblos y ciudades de la frontera, también a lo largo de las rutas del tráfico de drogas hasta 1,000 ciudades de los Estados Unidos”, se indica en el documento.
El estado de Texas, entidad que comparte con México 2,018 kilómetros de frontera, es uno de los puntos clave en el ingreso de cargamentos de marihuana, cocaína, metanfetaminas, éxtasis y heroína, además, es el punto de donde parte las diferentes rutas de distribución.
Los cárteles que son identificados son los siguientes: Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Tijuana, Juárez, Beltrán Leyva, Caballeros Templarios, La Familia Michoacana, Golfo y Los Zetas.
En el documento también se indica que el incremento de la violencia en territorio norteamericano tiene relación con el tráfico de drogas proveniente de México, ya que las organizaciones criminales buscan tener el control de ciertas rutas.
En el 2020, la DEA en su Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2020 (NDTA) contempló que los diferentes cárteles mexicanos tenían presencia en 62 ciudades.
“Las actividades criminales de estas organizaciones van más allá del tráfico de drogas y tienen una repercusión negativa en la seguridad y bienestar de los ciudadanos de Estados Unidos”, se menciona en el reporte.
Por otra parte, en febrero del 2020, la DEA reconocía la existencia de cárteles domésticos y que le habían restado poder a las organizaciones mexicanas.
Polo Ruiz, agente Especial a Cargo (SAC) de la DEA, declaró para Proceso que operan cárteles de la droga integrados y dirigidos por sus connacionales.
“Muchas de estas organizaciones construyeron sus negocios en la parte norte del país y tienen gente en la parte sur, que colinda con México, para operar. Las ponen a cargo del transporte y de otros aspectos de logística”, reveló el agente. Lo cual han detectado en los últimos cuatro o cinco años.
La creciente demanda de drogas y el poderío de los cárteles mexicanos para adquirir, transportar, distribuir y vender todo tipo de enervantes en Estados Unidos motivó a pandillas y clubes de motociclistas que trabajaban para las organizaciones mexicanas a estructurarse en cárteles.
“Cuentan con gente (en el sur de Estados Unidos) para mover las drogas (que les compran a granel a las organizaciones mexicanas) y tienen el control de los territorios. Algunas pandillas y otros grupos criminales son los cárteles domésticos que enfrenta la DEA”, dijo el agente de la corporación.
Las organizaciones estadounidenses, indicó, compran a los narcotraficantes mexicanos y ellos se encargan de vender los estupefacientes.