La Cumbre de Líderes de América del Norte es una oportunidad para que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, logre un respaldo regional, a falta de tenerlo al interior de su país, y para evaluar a México como socio, coincidieron especialistas durante un foro realizado por EL FINANCIERO Bloomberg, coordinado por el internacionalista y columnista Rafael Fernández de Castro.

“Biden tiene muchos retos, pero se le acabó el impulso: conflicto con la retirada de Afganistán, con China, con la migración y con la economía que no acaba de despegar”, detalló Gabriel Guerra, presidente de la agencia de comunicación estratégica Guerra y Castellanos y Asociados.

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“Si no puede expresar esa fortaleza en su vecindad, se vuelve más difícil en otras partes del mundo”, expresó Ana María Salazar, columnista de EL FINANCIERO.

Pablo Hiriart, jefe de corresponsales en la Unión Americana, indicó que, dado que el T-MEC es uno de los principales temas a abordar, Estados Unidos y Canadá evaluarán qué tanto se quiere a México como socio, pues América del Norte no sólo es una región comercial.

“Es compartir valores y principios, como el Estado de derecho, libre comercio, libertad de expresión, empuje a la ciencia libre, una serie de valores con los cuales nuestro Presidente no comulga”, aseguró el también columnista.

Esa evaluación toca el punto energético. En ese sentido, Pablo Hiriart consideró que la habilidad de operador de Biden podría sensibilizar a López Obrador para que no priorice la “energía cara y sucia de la CFE”, lo que implicaría que la “reforma se caería y eso sería benéfico”.

En migración, coincidieron en que México ha hecho todo por frenar las olas de centroamericanos que buscan cruzar a Estados Unidos, pero es un error que el Ejecutivo mexicano haya advertido que exhibirá a legisladores que no apoyen la reforma migratoria de Biden, pues es meterse en un asunto interno.

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