Este domingo inicia la Jornada de Oración por la Paz convocada por la Iglesia católica y el movimiento jesuita en México, tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Cerocahui, Chihuahua.

Necesitamos estar unidos en este momento en que la indignación de nuestro pueblo, ante la barbarie de la violencia, nos están abriendo una puerta para la paz”, destacó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Este primer domingo de Jornada de Oración de la Paz se hará memoria de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en el país.

En los templos se podrán colocar fotografías de “quienes han dado su vida por el pueblo de Dios” y han muerto de manera violenta.

La Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica emitió la Oración de los Fieles para este 10 de julio, que tiene como objetivo hacer de cada persona el dolor y sufrimiento de quienes lloran la muerte o el secuestro de un ser querido, así como de quienes padecen la violencia.

“Que estas situaciones nos impulsen a construir la paz en nuestros hogares y en la sociedad. Hagamos el deseo de nuestros Obispos de México que nos invitan a tejer en Cristo nuevas relaciones de paz y de unidad”, refiere la Comisión.

La Compañía de Jesús en México, por su parte, realizará a las 11:00 h un acto ecuménico en silencio en la Estela de Luz, ubicada sobre Paseo de la Reforma en la Ciudad de México.

Se colocarán velas en las placas de las víctimas de la violencia.

Más tarde, a las 13:00 h, se llevará a cabo una celebración eucarística en la Parroquia de la Sagrada Familia, ubicada en la colonia Roma.

https://twitter.com/Jesuitas_Mexico/status/1546113604956602369?s=20&t=GqfuWhWriNhIYB0OUaDTPA

Asimismo, durante todo julio se pide celebrar misas o realizar oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a las personas que han desaparecido o que han tenido una muerte violenta.

El 31 de julio se realizará una oración por los victimarios en la que se pida por sus vidas y por la conversión de sus corazones.

Tendamos la mano para recibirlos con el corazón arrepentido a la casa. Ellos también son nuestros hermanos y necesitan de nuestra oración. No más violencia en nuestro país”, argumentó la CEM.

Cada Diócesis, Congregación Religiosa o Parroquia definirá acciones como horas santas, procesiones por la paz y mensajes al pueblo de Dios.

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