Al puro estilo del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la nueva aerolínea Mexicana de Aviación – que no cuenta con aviones, ni estructura administrativa y operativa- y tres aeropuertos bajo control militar se fusionarán a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Así lo publicó, en la edición vespertina del Diario Oficial, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en el que se autorizó la solicitud del titular de Sedena, Luis Cresencio Sandoval, para que cuatro de sus empresas sean desincorporadas y absorbidas por el Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica.
Serán los aeropuertos internacionales de Palenque, Señor Pakal; de Chetumal, Cuna del Mestizaje, y de Tulum, Zamá -este último aun en construcción-, además de la aún denominada Aerolínea del Estado Mexicano, que volará con el nombre de Mexicana, tras el pago de 815 millones de pesos que realizó el Gobierno pagó a ex empleados de la empresa que cesó operaciones en 2010 a cambio de la marca y otros bienes.
“La Secretaría de la Defensa Nacional ha manifestado que se considera conveniente realizar la desincorporación por fusión antes señalada, para mejorar las condiciones de gobernanza, agrupando en una misma entidad -en el Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica, S.A. de C.V.- la capacidad de mando, la toma de decisiones y mejorando las condiciones económicas al disminuir gastos administrativos y presupuestarios, así como incrementando su eficiencia productiva, entre otros”, explicó el titular de la SHCP, Rogelio Ramírez de la O.
La desincorporación por fusión deberá estar concluida a más tardar el 21 de agosto, dentro de cuatro días, y surtirá efectos a partir del 1 de septiembre.
Las otras dos paraestatales controladas por el Ejercito son Tren Maya S.A. y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que seguirán existiendo como entidades independientes.
De todas estas paraestatales, el AIFA es la única que hasta ahora ha aparecido con recursos asignados del Presupuesto de Egresos de la Federación, aunque la aerolínea apenas fue constituida en mayo pasado.
El Congreso tuvo que reformar la Ley de Aeropuertos para que la Sedena pueda, al mismo tiempo, ser dueña de una aerolínea y de varios aeropuertos. Las empresas privadas concesionarias de aeropuertos tienen prohibido poseer más del 5 por ciento de las acciones de cualquier aerolínea para evitar afectaciones a la libre competencia y posibles tratos preferenciales.
Esta reforma ya fue impugnada por la oposición y está a revisión ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.