Pese a que el gobierno federal se comprometió a que la refinería de Dos Bocas, Tabasco, estaría operando a plena capacidad en 2024, esto se cumpliría hasta tres años más tarde, y con un costo dos veces mayor a lo presupuestado, según señalan especialistas.
Con todo y ese escenario, el presidente Andrés Manuel López Obrador se atrevió a ‘inaugurar’ la obra el 1 de julio de este 2022.
La falta de planeación técnica, problemas de recursos y la geografía misma del terreno donde se edifica, plantean fuertes retos para la obra con la que este gobierno pretende lograr la autosuficiencia en combustibles, aseguran los expertos.
Gonzalo Monroy, socio director de la consultora GMEC, señalo al diario Reforma que el reto inicial del proyecto es el tiempo de construcción comprometido de tres años, que no fue realista por los trabajos y obras asociadas que se necesitan.
El presupuesto de los ocho mil millones de dólares anunciado por el gobierno federal se rebasó hasta llegar a los 14 mil 605 millones de dólares en agosto pasado. El retraso es tal, que el costo aumentaría de los 16 mil a los 18 mil millones de dólares.
“Lo que está ocurriendo en Dos Bocas, es que todo es un proceso, no es que puedas probar una parte de la obra, sino tienes que ver completo cómo corre, así que no se podrían hacer pruebas hasta que la refinería esté terminada en su totalidad”, dijo.
Agregó: “Estamos con una refinería muy lejana de entrar a una fase de pruebas, que no está interconectada (…) hemos proyectado que la refinería, después de dos años de pruebas, pueda estar operativa para cerca de 2027”.
Gonzalo Monroy señaló que “cuando hablaron de los ocho mil millones de dólares, tenía un asterisco, la refinería y nada más. Cosas importantes como la adecuación del puerto u obras asociadas como caminos y la planta eléctrica, no estaban consideradas y son hasta el 25 por ciento del proyecto”.
En un video publicado por la Secretaría de Energía, con actualización al 18 de noviembre, se muestra a la titular de la dependencia, Rocío Nahle, frente a la planta combinada, sitio al que llega el petróleo, pero en la imagen se observa que los equipos y tuberías todavía se están armando.
Dicho proyecto tiene tres retos estructurales que complican su rentabilidad operativa.
El consultor del sector energético, Pablo Zárate, dijo que el primero de los retos es la dieta de crudo con la que se alimentará la refinería que no está definida. Lo ideal es que sea crudo Maya.
Mientras que otro de los retos es la ubicación geográfica de Dos Bocas y el terreno en el que se desarrolló la obra.
Con información de Reforma