Benito Jiménez/Agencia Reforma
El Ejército ahora no solo vigila los principales ductos que son objetivo de bandas de huachicoleros, sino también escolta las pipas que entraron al quite en las zonas de mayor incidencia delictiva.
Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) vigilan de manera permanente ocho ductos que están en operación y que son blanco de bandas dedicadas al robo de combustible.
Al mismo tiempo, resguardan 612 autotanques en 15 rutas para el traslado de gasolinas y diésel en los estados de Nuevo León, Guanajuato, Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo, Oaxaca, Baja California, Morelos y Puebla.
El Plan de Transporte Terrestre de Combustible se implementó al inicio de la actual Administración y consistía en cerrar los ductos de suministro de combustible y distribuirlos en pipas adquiridas “fast track” en Estados Unidos para aminorar las pérdidas y desincentivar las tomas clandestinas.
De acuerdo con cifras oficiales, de febrero de 2019 al 31 de diciembre del 2020, las 612 pipas, operadas por mil 635 choferes, han transportado más de 4 mil millones de litros de combustibles en 22 ciudades.
Sin embargo, los ductos más acechados por las banda de huachicoleros continúan registrando desviaciones de hidrocarburo, por lo que la Sedena echó mano de un total de unos 8 mil elementos, 565 vehículos, 14 aeronaves y 62 minidrones, además de los 770 militares que apoyan el transporte terrestre de combustible.
Entre los ductos vigilados por las fuerzas militares están el Tula-Salamanca, el Salamanca-Guadalajara, el Tuxpan-Azcapotzalco y el Tuxpan-Tula, así como el Cadereyta-Matamoros y el Cadereyta-Madero.
La Secretaría de Marina resguarda también el poliducto Tuxpan-Azcapotzalco.
Entre junio de 2019 y septiembre pasado, la Sedena contabilizó 8 mil 529 servicios de escolta de seguridad a los autotanques. Fuentes de la dependencia afirman que esa vigilancia ya rebasa los 10 mil servicios por diversas carreteras del País.