México se prepara para explotar y aprovechar el litio, metal esencial en el siglo XXI. Utilizado en la producción de baterías para automóviles eléctricos, teléfonos móviles y computadoras, entre otros dispositivos, el litio es un elemento capaz de catapultar el desarrollo de naciones con yacimientos.
El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador está evaluando el potencial de este recurso natural en el país y ya prepara una estrategia de fomento a la inversión. En el Senado, se alista la aprobación de una reforma a la Constitución para salvaguardar la propiedad de la Nación sobre el denominado ‘oro blanco’.
En la lucha por la hegemonía tecnológica, los yacimientos de litio se han convertido en un espacio de disputa entre EE.UU. y China. Washington busca garantizar su acceso a las materias primas (‘commodities’) de México en el marco del T-MEC, acuerdo comercial que exige un alto contenido regional en la producción de baterías para automóviles eléctricos.
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Por su experiencia en la explotación y aprovechamiento del litio, México estableció contacto con el Gobierno de Bolivia para recibir asesoramiento. A finales de julio, ambos países firmaron una ‘Carta de intención en materia de cooperación’ con el objetivo de diseñar proyectos para la explotación, producción y procesamiento de litio.
El caso de Bolivia revela, sin embargo, no solo la necesidad de contar con capacidades técnicas y un marco normativo adecuado para su aprovechamiento, sino también visión geoestratégica cuando se explota un recurso que está en medio de la lucha por la hegemonía mundial entre grandes potencias.
Por su vasta riqueza en materia de litio, es que se perpetró un golpe de Estado en contra de Evo Morales, alertó en diciembre de 2019 Víctor M. Toledo Manzur, anterior titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del Gobierno mexicano.