El asesinato de un gerente de hotel argentino y de dos canadienses en la zona de Riviera Maya en menos de una semana, en las costas del Caribe mexicano, puso de nuevo los reflectores sobre la espiral de violencia en ascenso en esta región, donde se ubican los centros veraniegos más cotizados del país.

El cadáver de Federico Mazzoni, nacido en la provincia argentina de Córdoba y emigrado en 2002 a México, fue hallado en el baño del negocio donde trabajaba, menos de una semana después del homicidio de dos canadienses en un hotel de Xcaret, por disparos hechos por uno de sus compatriotas.

Mazzoni era gerente de Mamita’s Beach Club, ubicado en la calle 28 con Zona Federal Marítimo, en Playa del Carmen, que se ha convertido en una zona de gran atractivo que creció desmesuradamente en los últimos años, pero a costa de sufrir el flagelo de la expansión de la delincuencia.

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“Mi corazón está triste y lleno de impotencia, pero por ti Fede vamos a cambiar Playa (Del Carmen) y lucharemos más fuertes que nunca por la paz y la tranquilidad de nuestras familias y visitantes. Lo haremos en tu honor”, señaló en Facebook Ricardo Del Valle, un amigo mexicano del argentino.

Se estima que el ataque ocurrió la tarde del martes cuando dos hombres le dispararon dos tiros en la cabeza, en un episodio aparentemente relacionado con el cobro de extorsión.

Según el periodista mexicano Víctor Hugo Vargas, reportero de El Universal,  quien conocía a la víctima, dijo que las bandas relacionadas con el narcotráfico le pidieron pagar un “derecho de piso”, es decir, una cuota extorsiva, pero se negó a hacerlo.

“Federico se fue preso de la violencia de lo que se vive en el sur de México. Las autoridades están tratando de apretar al narcotráfico en los espacios turísticos, entonces los delincuentes están viendo cómo conseguir dinero fácil”, explicó Vargas.

Además, señaló que muchas veces amenazan y extorsionan a trabajadores para que vendan droga.

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La semana pasada, los canadienses Robert James Dinh y Thomas Cherukara, de 34 años cada uno, fueron asesinados en el hotel Xcaret, ubicado a poca distancia de Playa del Carmen.

Las autoridades anunciaron el martes el arresto de dos personas, un mexicano (que habría ingresado el arma al albergue y la entregó a uno de los homicidas) y un canadiense, pero aún faltaría por detener a otro.

Según la investigación de las autoridades, el caso estaría relacionado con una “vendetta” entre grupos mafiosos canadienses de origen vietnamita dedicados al tráfico de drogas y el lavado de dinero por una deuda pendiente.

Una mujer gravemente herida en el incidente se encuentra internada en un hospital de Playa del Carmen.

El pasado 5 de noviembre, la crisis de seguridad en la región se reflejó en el asesinato a balazos de dos personas por parte un comando de 15 personas que se trasladó en lanchas rápidas en Puerto Morelos, a medio camino entre la ciudad de Cancún y Playa del Carmen.

Los turistas que se daban baños de sol en la playa huyeron aterrorizados y se refugiaron en sus habitaciones cuando escucharon las detonaciones, mientras que el incidente fue unos días antes, el 21 de octubre, cuando dos turistas extranjeras, una alemana y una india, fueron asesinadas en Tulum, a poca distancia de Puerto Morelos, y otras dos holandesas y una germana resultaron heridas, también debido a un enfrentamiento entre vendedores de droga en el bar “La Malquerida”.

La espiral de violencia que flagela al país desde hace más de 15 años, que arroja hasta ahora unos 335,000 muertos y 93,000 desaparecidos ha azotado también a otras zonas turísticas del país como Acapulco y Puerto Vallarta.

El turismo en Quintana Roo, que capta un tercio de los visitantes extranjeros del país, representa el 1.4% del producto interno bruto (PIB) de México. 

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