Alejandro Moreno allanó la ruta para asegurar su reelección como dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con lo cual sería el primer dirigente “ratificado” en la historia de ese partido y aspiraría 8 años más como dirigente.

Alito Moreno, convocó a una Asamblea Nacional a su favor, aunque con delegados priistas inconformes al interior y al exterior del recinto donde se reunieron, el líder tricolor logró la aprobación de la reforma a los estatutos que le permitirán reelegirse hasta por ocho años más.

El dirigente del PRI, sin desparpajo alguno, arremetió contra los militantes que lo han criticado, a quienes llamó “bola de cínicos”. 

Durante la 24 Asamblea Nacional, el líder tricolor los acusó de “lacayos” y “esquiroles al servicio del Gobierno y sus intereses”.

Afirmó, que su único propósito es romper la unidad dentro del partido a cambio de impunidad.

Ellos fueron el peor lastre para nuestro partido, ellos estuvieron al frente cuando castigaron al PRI con el Pemexgate; hay militantes del PRI vinculados al asesinato de nuestro candidato presidencial (Luis Donaldo Colosio), y eso le costó al PRI”, condenó.

‘Alito’ Moreno se comprometió a ir “duro” contra ellos y exigir cuentas sin “tapar a nadie”.

Anunció también recorridos a nivel nacional “para escuchar a nuestra gente, para trabajar juntos y en equipo y para resolver los grandes cambios que México necesita”.

El PRI podrido en Veracruz

En el otrora poderoso PRI de Veracruz la dinámica de la continuidad pretende seguir los pasos de su cacique nacional Alito Moreno.

Adolfo Ramírez y Lorena Piñón, los cabecillas en Veracruz, han terminado de podrir a ese instituto político, junto a los próximos diputados locales que arribaran en noviembre al Congreso local.

Sin militancia, estructura, ni cuadros representativos, los pocos simpatizantes seguirán viendo el saqueo restante en ese partido.

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