Las previsiones de los gobiernos sobre la producción de carbón, petróleo y gas para 2030 son todavía más del doble de lo compatible con la limitación del recalentamiento global a +1,5 grados centígrados, advirtió hoy la ONU.

Para esperar permanecer en el marco de este ambicioso objetivo del Acuerdo de París, sería necesario “bajar inmediata y netamente” la producción mundial de combustibles fósiles, mientras los planes prevén un aumento, subrayó el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (UNEP) en un informe dado a conocer hoy.

El Acuerdo de París estipulado en 2015 apunta a limitar el recalentamiento a bastante menos de 2 grados centígrados más en relación con la era preindustrial, en lo posible +1,5°C. Para eso es preciso reducir las emisiones provocadas por las energías fósiles, que son especialmente contaminantes.

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Por el contrario, los planes de producción de los gobiernos muestran un peligroso desfasaje con esos objetivos, alertó el UNEP cuando faltan solo dos semanas para la COP26 de Glasgow.

Si realmente se busca contener el recalentamiento a +1,5°C, el informe de UNEP advierte que “la producción mundial de energías fósiles debe comenzar a bajar de inmediato y con fuerza”.

Ploy Achakulwisut, investigadora del Instituto del Ambiente de Estocolmo (IAE) y una de las principales responsables del informe, observó que los diferentes países “prevén un aumento de la producción de petróleo y gas, y solo una modesta baja de la producción de carbón desde ahora a 2040”.

En consecuencia, “los planes de producción de los gobiernos llevarían a un aumento de alrededor del 240 % para el carbón, el 57 % para el petróleo y el 71 % para el gas en 2030, en relación con lo que sería compatible con la limitación del recalentamiento global a +1,5°C”.

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En consideración global, tomando en cuenta el conjunto de las energías fósiles, las previsiones de reducción para 2030 son más de dos veces superiores (110%) a las compatibles con esa limitación de +1,5°C, y un 45 % si fuera de +2°C”.

Los expertos en clima de la ONU consideran que para no superar los +1,5°C el mundo debe reducir las emisiones de carbono un 45 % de ahora a 2030 en relación con 2010, además de intentar alcanzar la neutralidad de carbono en torno a 2050.

Pese a las repetidas alertas, la producción de energías fósiles prácticamente no ha cambiado y es necesario -advierte la ONU- seguir haciendo todo lo posible para que el objetivo de +1,5°C sea alcanzable.

“Los gobiernos del mundo deben movilizarse y tomar medidas rápidas e inmediatas para superar la distancia de producción en materia de combustibles fósiles y garantizar una transición justa y equitativa”, dijo la directora del UNEP, Inger Andersen.

A su vez Michael Lazarus, el IAE, recordó que pese a la necesidad de bajar las emisiones de carbono algunos países “aceleran las inversiones en las actividades de apoyo a la producción de energías fósiles”.

Desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, observa de hecho el informe, los países del G20 destinaron unos 300.000 millones de dólares de financiación a las energías fósiles, más que hacia las renovables.

Por el contrario, hay un importante descenso de las finanzas públicas internacionales hacia las energías fósiles y varios bancos multilaterales de desarrollo excluyen nuevas inversiones en ese sector. 

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