El ímpetu con el que la coalición Frente Amplio por México inició hace una semana el proceso interno para elegir a su candidato presidencial ha sorprendido al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ante una contienda que se prevé más competida de lo esperado.
Esto, sobre todo, por el fuerte y rápido posicionamiento de la senadora Xóchitl Gálvez en las encuestas, en medio de una ristra de descalificaciones hacia su figura vertidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde órganos gubernamentales, como su rueda de prensa diaria en el Palacio Nacional.
Creo que sí sorprendieron a Morena, pero intimidado no”, valoró en entrevista con EFE Javier Santiago, politólogo de la Universidad Autónoma de México (UAM).
Para Sergio Aguayo, académico y coordinador del Seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México (Colmex), la irrupción de los aspirantes opositores ha robado el foco a las “corcholatas”, como López Obrador ha bautizado a los pretendientes presidenciales de su partido, que también contienden en un proceso interno.
De repente la campaña se puso interesante, y lo más atractivo y novedoso está pasando en la oposición”, dijo a EFE.
El proceso de la coalición opositora, formada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolución Democrática (PRD), ha dedicado su primera semana al registro formal de sus aspirantes, quienes han aprovechado para posicionarse y hacer proselitismo.
Los contendientes registrados tendrán a partir del próximo miércoles hasta el 12 de agosto para presentar 150 mil firmas de apoyo, trámite indispensable para pasar a las siguientes etapas del proceso, que culminará el 3 de septiembre con el anuncio del candidato.
Con Gálvez, senadora del PAN, a la cabeza en las encuestas y con una larga lista de políticos que renunciaron a participar por divergencias con el método, más de una decena de aspirantes en el Frente Amplio por México buscarán llegar hasta el final.
Entre ellos, destacan el presidente de la Cámara de Diputados y miembro del PAN, Santiago Creel; el exsecretario de Turismo, Enrique de la Madrid, del PRI; o Santiago Aureoles, exgobernador del estado de Michoacán, del PRD.
La aspirante en ascenso
Desde que el pasado lunes López Obrador señalase que Gálvez era la elegida del empresario Claudio X. González, uno de los enemigos favoritos del presidente y cercano a la coalición opositora, la senadora se ha convertido en el blanco de los ataques del flanco oficialista.
Desde su tribuna diaria, el mandatario reiteró durante toda la semana que la aspirante opositora representa a una “mafia del poder económico” y ha denostado sus orígenes en un pueblo indígena del céntrico estado de Hidalgo.
Definitivamente, esto le puede favorecer (a Gálvez). Cuando personajes que no tienen una presencia pública tan importante se enfrentan a alguien que sí, tienden a crecer. También por el fenómeno psicológico de estar con los débiles, habrá sectores que se acercarán a quien está siendo vapuleado”, consideró Santiago.
Esto, señaló Aguayo, le permite a Gálvez posicionarse como una alternativa creíble, además de su historia de vida -“el pobre que con base en el esfuerzo y la inteligencia ocupa cargos de importancia”- y su agilidad en el lenguaje, que ha empleado para responder a los ataques desde el oficialismo.
Tal ha sido el empuje de la senadora en esta primera semana que varios posibles aspirantes y figuras importantes del PAN, como la excandidata presidencial Josefina Vázquez o el diputado Juan Carlos Romero Hicks, han hecho público su apoyo hacia ella.
Libertad o censura
Aunque los procesos internos de ambos bandos políticos cuentan con similitudes formales, como el hecho de encubrir una precampaña adelantada, divergen en el método y en la libertad otorgada a sus aspirantes.
La rigidez que impuso el presidente al proceso de Morena es nociva para la democracia y la comunicación. Eso de prohibirles debatir es tratarlos como niños. Así no se construye una candidatura, es imposible comunicar si hay un gran censor vigilando desde arriba”, apuntó el académico del Colmex.
En cambio, dijo, en el bando opositor cuentan con libertad discursiva y propositiva.
“Cada uno ofrece lo que tiene. Xóchitl llega con la frescura de la mujer malhablada, entrona, irreverente, que conecta con quienes están inconformes y molestos con un presidente cada vez más regañón y mandón”, agregó.
Sin embargo, no todo es positivo en Va por México. Las discrepancias por el método de selección dejaron fuera a figuras como las senadoras Lily Téllez o Claudia Ruiz Massieu.
Esto, acordaron ambos expertos, se debe a la injerencia de los dirigentes nacionales de los tres partidos.